06/07/2012

Córdoba, capital de la biotecnología

Syngenta invertirá en la provincia 225 millones, en una planta para maíz y girasol. Se haría en Villa María | LA VOZ DEL CAMPO

La geografía productiva en la región central de Córdoba se ha intensificado en los últimos 10 años. El maíz cambió su matriz de comercialización y comenzó a ser más remolón para ir al puerto. La estrategia fue aprovecharlo en origen para convertirlo en carne, leche o etanol. Este cambio en la fisonomía es percibido por las empresas de tecnología que ven en la zona el nuevo polo de desarrollo productivo y buscan apoyar su consolidación con más inversiones.

En la misma dirección al paso que dio hace unos días otra compañía multinacional de biotecnología agrícola (Monsanto), Syngenta acaba de anunciar su decisión de instalarse también en la región central de Córdoba. El lugar que cuenta con más chances es Villa María, pero aún no está cerrado en forma definitiva, según lo que manifestó a La Voz del Campo el presidente de Syngenta para América latina Sur, Antonio Aracre. “Lo que es concreto es que será en Córdoba”, confirmó.

La presentación de la inversión coincidió con el Día de Demostración de Cultivos de la compañía en Latinoamérica, que tuvo lugar ayer en el predio de la Sociedad Rural Argentina (SRA). A nivel mundial, Syngenta es líder en protección de cultivos y segundo en la producción de semillas híbridas.

“Se trata de una planta para procesar semillas de maíz y de girasol”, explicó Aracre. El futuro polo, que demandará una inversión de 225 millones de pesos, tendrá una capacidad de procesamiento y de acondicionamiento de 800 mil bolsas anuales de maíz y 300 mil de girasol.

El anuncio oficial fue realizado el martes a la presidenta Cristina Fernández por el presidente global de Syngenta, Mike Mack, quien ayer también estuvo presente en La Rural.

“Con su riqueza de recursos agrícolas, la Argentina está en una posición ideal para ayuda a satisfacer la demanda creciente de alimentos. Esta inversión, complementada con nuestra reciente introducción de tecnologías innovadoras en semillas, demuestra aún más nuestro compromiso con el mercado argentino, como así también nuestra confianza en le crecimiento global de nuestros negocios de maíz y girasol”, justificó el mayor directivo de la compañía.

Estrategia. La planta de maíz y girasol, que será más grande que la que ya posee la empresa en Venado Tuerto, apunta a abastecer la demanda de los productores de la región pampeana y los mercados externos de contraestación, los países de Europa del este.

Ucrania es uno de los destinos que la compañía con sede en Suiza apunta a desarrollar. Con un área para implantar de 2,6 millones de hectáreas, el tamaño del mercado ucraniano de semillas ronda los 120 millones de dólares. En el futuro complejo industrial de Córdoba, la empresa empleará de manera permanente a 350 empleados y generará en forma indirecta dos mil puestos más.

El año del maíz. “A pesar de que la precampaña aún viene algo fría, este es el año para hacer maíz. La situación y los precios así lo indican”, sostuvo Aracre.

La compañía desarrolló el primer evento biotecnológico con características especiales para la industrialización de maíz y la obtención de etanol. Sus beneficios demostrados, frente a alfa-amilasa líquida, indican que produce un 5,2 por ciento más de etanol y demanda 6,3 por ciento menos de agua y 2,8 por ciento de ahorro en el uso de energía.

Proyecto girasol. Syngenta provee el 50 por ciento de la demanda interna de semilla y apuesta al crecimiento del cultivo en los próximos años. En los últimos 10 años, las ventas de la compañía europea en el mercado doméstico crecieron 18 veces. Según el director para América Latina Sur, el mundo necesita en general alimentos, pero también demandará calidad a partir de las exigencias de seguridad alimentaria. “Y para eso estamos trabajando”, aseguró Aracre.

Capital de trabajo. La inversión de la nueva planta en Córdoba se complementa con aportes adicionales en el país por 325 millones de pesos en capital de trabajo (“en esta campaña el productor va a necesitar financiamiento”, justificó el directivo); 100 millones de pesos en instalaciones de logística a campo y otro monto similar en investigación en semilla de soja. En total, el plan de inversión para la Argentina es 800 millones de pesos.

Otro desembarco. A mediados de junio, Monsanto había anunciado también su desembarco en Córdoba. Lo hizo a través de una inversión de 1.500 millones de pesos para la construcción de otra planta para procesar semillas de maíz, en Malvinas Argentinas. Las futuras instalaciones, que estarán en marcha en diciembre del año próximo, tendrán una capacidad de producción de 3,5 millones de bolsas por campaña.

Más allá de la consolidación del área en soja –por competitividad y economía– las empresas de biotecnología confían en el despegue futuro del cultivo de maíz en la país. Por eso, no dudan en afirmar que en el mediano plazo el cereal podría ocupar alrededor de seis millones de hectáreas. A partir del lanzamiento de las nuevas tecnologías, en los últimos 12 años la productividad del maíz en Latinoamérica creció 56 por ciento, contra el 17 por ciento en el resto del mundo. En la Argentina, el cereal ofrece una mayor productividad que en Brasil.