16/08/2018

¿Campo vs. industria? Discrepancia en el seno de la agroindustria sobre el cambio en las retenciones

Aceiteros y productores de biocombustibles aseguran que se perderá competitividad. Los productores de la Mesa de Enlace, aceptaron la medida de Hacienda. CLARÍN

Los productores agropecuarios aceptan, aunque con cautela, el cambio en las retenciones. Una mayoría lo considera una necesidad en el marco de las urgencias fiscales que comprometen a todo el país. Y dentro de ese arco de apoyo hay varios ruralistas que incluso celebraron la resolución como positiva. Pero la industria ligada al campo tiene una mirada negativa.
Con la resolución de Hacienda de este martes, que eliminó por seis meses el diferencial de 3% que favorecía a los derivados de la soja como el aceite y la harina, las principales afectadas son las plantas de molienda, que producen esos subproductos a partir de los granos de soja.
La Cámara de la Industria Aceitera (CIARA) difundió un análisis del economista Gustavo López, en el cual asegura que “si bien los ingresos fiscales adicionales por tal concepto son marginales, a lo sumo podrían alcanzar los 120 millones de dólares, el efecto sobre los precios y las decisiones de siembra de los productores pueden ser muy negativas”.
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Ese complejo agroindustrial relacionado con la soja, que explicó entre el 60/70% de la exportación total del sector, según Lopez, verá una vez más reducida su oferta de materia prima. Ello implicará un nivel de procesamiento por debajo de la capacidad instalada, como se viene observando en los últimos ciclos, con las consecuencias económico-sociales ya conocidas”.
Además, López advirtió que “la probable mayor recaudación fiscal que deriva de estas medidas serán neutralizadas con un menor ingreso de divisas, por lo que podría haber presión sobre la cotización del dólar en los próximos meses, caída de la inversión sectorial y un menor flujo de la divisa para dinamizar el resto de la economía argentina”.
En el mismo sentido crítico, el director de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno, Claudio Molina, consideró que eliminar el diferencial entre los derechos de exportación a la soja y sus derivados "es muy perjudicial y puede quitar competitividad, ya que se pierde el incentivo a industrializar granos en el país. De esta forma, corremos el riesgo que se exporte más poroto de soja en bruto, hecho que primariza las exportaciones".
La producción apoya
El ministro Luis Miguel Etchevehere, representante del Gobierno pero ex dirigente agropecuario y ferviente guardián de la baja progresiva de las retenciones en los últimos meses, respaldó la medida tomada por el ministerio de Hacienda. Y dijo que “era largamente pedido por la producción”.
En una línea prácticamente idéntica, su sucesor al frente de la Sociedad Rural Argentina, Daniel Pelegrina, afirmó que "la equiparación de los derechos de exportación del poroto de soja con respecto a los de la harina y el aceite es un reclamo histórico de la producción que finalmente fue escuchado".
No muy distinto opinó Dardo Chiesa, el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas, que suele ser el más exigente de los cuatro titulares de la Mesa de Enlace. “No debería trasladarse este porcentaje de la industria a una baja en el precio del poroto -afirmó- porque está fijado por la demanda internacional. Lo que sí puede pasar es que una parte de los granos que iban a la molienda se destine a la exportación sin procesamiento. Pero la industria ya estaba importando poroto”.
Chiesa recordó que en abril se subieron las retenciones a la exportación de biodiésel del 8 al 15 por ciento y eso no afectó directamente los precios del poroto. Y concluyó: “Yo, si tengo que pelear el precio no dejo que me lo bajen por esta cuestión”.
Menos confianza tiene Omar Príncipe. “En principio -consideró el presidente de Federación Agraria- esto afecta a la industria, porque las modificaciones que se anunciaron son para ellos. Sin embargo, hay que estar expectantes, porque ha ocurrido en otros momentos que situaciones así terminaron recayendo de manera indirecta sobre los productores agropecuarios. Eso nos da incertidumbre. Ha pasado en otros momentos, la industria exportadora deriva sobre los hombros de los productores cuestiones negativas que deberían asimilar ellos”.
En tanto, Carlos Iannizzotto, titular de Coninagro, también puso el foco sobre la incertidumbre. Si bien reconoció que éste es un momento difícil de la economía, cree que “es mejor recaudar porque hay más exportaciones, en vez de demorar la baja de impuestos” a las ventas externas”. Y aseguró que en su entidad cooperativa están convencidos de que “el Gobierno puede recaudar más apostando de otra manera, que es promocionando las exportaciones y teniendo un perfil exportador más agresivo que con estas medidas que reducen la competitividad".