Es el caso de Diana Guillen, desplazada por el ex secretario. Y el de varios asesores. CLARÍN.

POR MATÍAS LONGONI


El Ministerio de Agricultura lucía ayer como si el tiempo no trascurriera y la Argentina no hubiese tenido un poderoso secretario llamado Guillermo Moreno. Sus pasillos se llenaron de gran cantidad de ex funcionarios y técnicos corridos de sus cargos y responsabilidades debido a las sucesivas purgas desde Comercio Interior. Varios de ellos recuperarán ahora protagonismo como parte del equipo del flamante ministro Carlos Casamiquela.

El poner en funciones a sus colaboradores, el ex jefe del INTA, que desembarcó con Néstor Kirchner en 2003, cumplió el protocolo K y prometió en público “profundizar el modelo”. Pero la elección de su equipo tuvo rasgos que suponen una revisión de la política agropecuaria (que desde 2006 siempre era impuesta por Moreno). Al menos se intenta un regreso a las fuentes.

Fue así que junto a Casamiquela estuvo el ex secretario de Agricultura, Javier De Urquiza, un hombre de Julio De Vido. También regresaron otros kirchneristas con pergaminos, como Jorge Amaya, Carlos Paz y Carlos Milicevic. Todos ellos colaborarán con la gestión, aunque como asesores.

Los cargos formales que pudo cubrir Casamiquela no fueron tantos, pero algunos sí han sido significativos. Escogió al economista Gabriel Delgado, que también viene del INTA, como secretario de Agricultura y viceministro. Y colocó como jefe de Gabinerte a un ex titular de Parques Nacionales, Héctor Espina. Otro que regresó al centro de la escena es Jorge Dillón, ex Senasa que ahora será subsecretario de Ganadería. Diana Guillen, ex gerenta del Senasa, congelada por el morenismo, ahora volverá como presidenta del organismo sanitario.

La primera mujer en toda su historia.

Otros dos secretarios del Ministerio, sin embargo, no serán del riñón del nuevo ministro. Carla Campos Bilbao, a cargo de Desarrollo Rural, continuará en su cargo por decisión de Cristina, y lo mismo sucederá con uno de sus subsecretarios, el líder del Movimiento Evita, Emilio Pérsico. El otro casillero, que hasta ahora ocupaba Haroldo Lebed, es el de Coordinación y Emergencia, que maneja un presupuesto abultado. Allí quedó el economista Javier Rodríguez, que responde directamente a Axel Kicillof. El nuevo hombre fuerte de la economía estuvo ayer en el acto de Agricultura, prometiendo un trabajo conjunto. Solo el tiempo, que siempre transcurre, dirá si eso resulta cierto o si la política para el agro vuelve a definirse afuera del Ministerio.