16/09/2021

Alberto, en su peor hora: la renuncia del ala K lo fuerza a revisar el rumbo o enfrentar a la vice

El presidente quedó golpeado por la resignación masiva de funcionarios cristinistas. Convocó a su gabinete y lanzó un llamado a la unidad bajo su figra; anoche se resistía a reemplazar a su equipo. AGROFY NEWS

Si la apabullante derrota electoral fue un largo trago amargo, el cimbronazo que provocó la sorpresiva y orquestada renuncia de una decena de funcionarios que responden a la vicepresidenta, Cristina Kirchner, terminó por hundir en pocas horas la capacidad de maniobra del presidente Alberto Fernández y dejó al frente electoral que llegó al poder hace 21 meses al borde de una ruptura que augura un tendal de heridos.
Mientras procesa la caída en 18 provincias, incluida Buenos AIres, y después de dos días de negarse a entregar a parte de su gabinete, como le reclamaba su compañera de fórmula, mentora hacia la Presidencia y socia mayoritaria de la coalición, el primer mandatario terminó por irritar al ala K de su gobierno al convocar un acto con empresarios industriales, y que tuvo como principal interlocutor al cuestionado ministro de Economía, Martín Guzmán, al que el Instituto Patria tiene entre cejas.
El panegírico del ministro Guzmán, al mediodía y al lado del presidente, terminó por crispar los ánimos de las tribus que reclamaban su cabeza o, al menos, un rotundo viraje que tiña con más kirchnerismo a la alianza pamperonista. La noche anterior, el presidente había discutido en Olivos, y a la luz de los acontecimientos que se precipitaron más tarde, no tuvo buenos resultados.
Concluido el acto en el Museo del Bicentenario, el ministro del Interior y dirigente de La Cámpora, Eduardo "Wado" De Pedro, accionó la palanca que dio paso a la crisis institucional. Minutos después de enviar su renuncia a la cartera, el mercedino filtró su renuncia a la prensa, y enseguida se propagaron mensajes similares de los ministros de Justicia, Martín Soria; Ciencia y Tecnología, Roberto Salvarezza; Cultura, Tristán Bauer; Ambiente, Juan Cabandié; la secretaria de Comercio Interior, Paula Español, y las titulares de PAMI, Luana Volnovich, y ANSeS, Fernanda Raverta.
Para contener la crisis que significó la salida del ala cristinista del Gobierno, los ministros leales intentaron desactivar el escándalo asegurando que todos habían puesto el domingo la renuncia a disposición. El titular de Desarrollo Territorial y Hábitat, antiguo intendente de Avellaneda y ladero K, Jorge Ferraresi, pareció asumir una postura mediadora.
A media tarde, Alberto convocó al resto de su equipo para analizar la grave crisis desatada y lanzó un llamado al apoyo de estos funcionarios y otros asociados que, en su línea, reniegan de tomar una vía kirchnerista a partir del resultado de las PASO. Los ministros de Trabajo, Claudio Moroni, y Seguridad, Sabina Frederic, expresaron públicamente su "apoyo a Fernández" por ser él "la síntesis" de lo que el pueblo votó en 2019.
El movimiento Evita, que cuenta con varias figuras en el gabinete, convocó para este jueves a una movilización en Plaza de Mayo, en tanto que la CGT, a través del secretario Héctor Daer, hizo un llamado a preservar la institucionalidad.
Otras fuerzas, sin embargo, reclamaron con más dureza cambios inmediatos. El dirigente social Juan Grabois directamente avisó que "sin cambios no hay futuro". En términos similares lo hizo el interventor de Río Turbio, Aníbal Fernández, quien pasó por la Casa Rosada y sugirió al Presidente que ceda y entregue áreas de gobierno a otros espacios. El exjefe de gabinete también es pedido por sectores K como reemplazante de Santiago Cafiero.
En la Casa Rosada cundía el pesimismo y buena parte del gabinete veía que, fuera cual fuere la salida, tanto Cristina como Alberto saldrían perjudicados: ceder a la pretensión K minaría su figura, pero resistirla amenazaría la entereza con la que llegar al final del mandato. Llegada la noche, y a la vista de la reacción, el cristinismo pareció recular y dejó trascender que no tenía intención de ir por la silla de Guzmán.