Para conocer la fertilidad del lote, los indicadores clave, según Calviño, son el nitrógeno (N) a mineralizar y la porosidad del suelo. Lo más importante, en este punto, será trabajar con perfiles culturales. Habrá que medir fósforo (P) y N y conocer la historia del azufre (S). En Mar y Sierras, el consejo es realizar dos aplicaciones de N, salvo en siembras tardías. Además, es importante identificar si un sector rinde menos por un cambio de categoría.
Por último, el asesor se refirió a las residualidades y afirmó que, actualmente, la problemática "es gravísima" por la falta de conocimiento. "Es interesante ver cómo estamos con la toxicología sobre el medio, el trabajador y sobre lo que hacemos. El trigo es de los más amigables con el medio: trabajamos con muchos modos de acción para evitar que haya resistencia de las malezas", subrayó.
Para conocer la fertilidad del lote, los indicadores clave, según Calviño, son el nitrógeno (N) a mineralizar y la porosidad del suelo. Lo más importante, en este punto, será trabajar con perfiles culturales. Habrá que medir fósforo (P) y N y conocer la historia del azufre (S). En Mar y Sierras, el consejo es realizar dos aplicaciones de N, salvo en siembras tardías. Además, es importante identificar si un sector rinde menos por un cambio de categoría.
Por último, el asesor se refirió a las residualidades y afirmó que, actualmente, la problemática "es gravísima" por la falta de conocimiento. "Es interesante ver cómo estamos con la toxicología sobre el medio, el trabajador y sobre lo que hacemos. El trigo es de los más amigables con el medio: trabajamos con muchos modos de acción para evitar que haya resistencia de las malezas", subrayó.
¿Cómo lograr altos rendimientos?
Según Gustavo Duarte, el desafío por delante es la oportunidad para optimizar las variables agronómicas. De acuerdo a datos de los últimos nueve años, en las principales regiones productoras del país existe una posibilidad de capturar un 30% más de rendimiento.
En la zona sudeste de Aacrea, los cinco pilares a considerar para avanzar en ese sentido son el ambiente, la nutrición, la fecha de siembra, la selección de genotipo y la protección.
"Lo más relevante a la hora de decidir el cultivo es mirar en qué ambiente estamos. La profundidad del suelo y el tenor de arena son dos indicadores muy fuertes en la zona", resaltó el consultor.
El manejo de tecnología en ambientes permitirá ver cuál es el costo por tonelada producida y desarrollar una planificación inteligente. Esto, comparado con un manejo como los que se hacían anteriormente, está dando una posibilidad de capturar el 8% en la eficiencia del uso de insumos y ahorro de costos.
"Los mejores rendimientos se dan cuando vemos un escenario de neutralidad o Niña, no necesariamente las primaveras muy lluviosas son las que dan los mejores resultados. Hoy, la condición es muy favorable porque venimos con recarga de perfiles y vamos a una neutralidad", describió.
Más diagnóstico para mejores resultados
Finalmente, Fernando García y Nahuel Reussi Calvo cerraron el panel con un concepto clave en materia de apuesta por la fertilización. "Es un año muy promisorio para el trigo en todos los aspectos", aseguraron.
Como punto principal, recomendaron iniciarse con un buen diagnóstico para detectar ambientes deficientes y avanzar en un manejo responsable de los cuatro requisitos de los nutrientes. "Hay que construir N para rendimiento y proteína; hacer los cimientos con P; seguir con el plus del S y hacer una mirada a otros nutrientes", aconsejaron.
"Solo el 20% de los suelos que se destinan a trigo son diagnosticados desde el punto de vista de fertilidad, y eso muy poco. La propuesta es captar ventajas a partir de un diagnóstico correcto y debemos avanzar en esa dirección", concluyeron.