Pasarán 6.000 unidades al día por el cordón. PUNTO BIZ.

La próxima cosecha argentina será superior a las 100 M de toneladas pero en la principal zona exportadora, que es el Gran Rosario, este año otra vez no se inauguró ninguna obra vial de importancia para que los accesos a los puertos, sobre todo en la zona San Lorenzo-Timbúes, no colapsen hacia marzo cuando

Ante esta situación de inminente tensión logística, la Bolsa de Comercio de Rosario pidió a los actores de la comercialización que extremen al máximo sus esquemas logísticos y que bajen al mínimo el envío de camiones sin cupos.

“Estimamos que para la próxima cosecha circularán en abril, que es el mes pico, un promedio de 6.000 camiones de granos diarios por la zona de San Lorenzo a Timbúes, y esa cifra no incluye los vehículos particulares, el transporte público y los camiones de otras empresas. Y es un promedio, por lo que tranquilamente puede haber días donde haya 10 mil camiones de granos ingresando a esa zona”, calculó Alfredo Sesé, secretario técnico de la Comisión de Transporte e Infraestructura de la Bolsa de Rosario en declaraciones a Canal Rural.

“Podemos afirmar que en este año no se inauguró ninguna obra de importancia, como sería la construcción de un nuevo camino, un nuevo puente o la ampliación de vías de acceso, si bien sabemos que en el Presupuesto 2013 hay un compromiso de la Provincia de inversión vial en la zona. También hay que resaltar el esfuerzo de un grupo de terminales portuarias privadas que financiaron el mejorado de sus accesos en la zona de Timbúes. Pero a la próxima cosecha la enfrentaremos con la misma estructura vial”, resaltó el ejecutivo.

“Ante eso, desde la Bolsa se está pidiendo que los sectores de la comercialización se junten, como para la anterior campaña, para aceitar al máximo posible el esquema logístico”, agregó Sesé.

Es que en un marco de creciente cosecha y sin mejores accesos, el problema de los camiones que son enviados a puerto sin cupo por parte de productores, acopiadores y corredores generalmente termina siendo la gota que hace estallar la logística y hasta enciende, como pasó a principios de este año, protestas violentas de los camioneros que pasan días esperando sobre la ruta en condiciones precarias un cupo para descargar o que se resisten a volver por no tenerlo y en protesta tapan los ingresos a las playas de estacionamiento para forzarlos que los dejen entrar.

Se calcula que oscila en el 10% la cantidad de camiones que llega sin cupo. Pero en día picos de abril que haya 600 camiones sin cupo arribando a los puertos es suficiente como para hacer estallar la logística y calentar los ánimos del camionero.

Hay acopiadores, productores y corredores irresponsables que por distintas razones mandan los camiones sin cupos. A veces es por falta de espacio de almacenamiento en campos o acopios, otras veces lo hacen para apurar cobros y también están los que apuestan a contactos personales con ejecutivos de los puertos para que dejen entrar el camión, pero lo cierto es que los camiones terminan siendo silos móviles.

Para revertir esta situación el año pasado los exportadores implementaron el llamado código alfanúmerico sin el cuál ningún camión podía entrar al puerto. Al principio se pusieron firmes, pero en la actualidad son muy pocas las empresas que los respetan a rajatabla en la realidad, por más que los ejecutivos comerciales lo aseguren. Se dan casos que el camión llega sin código alfanumérico a las 7 AM pero al mediodía lo dejan ingresar igual. Esto ocurre porque hay poca soja y muchas capacidad de molienda por lo cuál, en tiempos estacionalmente bajos de producción y con 2.000 camiones entrando al día en todo Gran Rosario, nadie quiere no recibir a quién llega con granos a tocar la puerta por más que no haya avisado.

Convertido hoy en una mera formalidad que casi ningún puerto cumple, la expectativa está puesta ahora en ver si se vuelven a poner firme en la exigencia de los códigos alfanuméricos cuando llegue la cosecha gruesa y además si los dadores de carga (productores y acopiadores) y los corredores se comprometen otra vez a reducir al mínimo esa práctica.