25/01/2012

Se frenan las pérdidas por la sequía

 En lo que va de enero, los registros variaron entre 25 y 60 milímetros, con picos de 80 en la principal zona agrícola de Córdoba. Según Agricultura, el aporte hídrico significó "un gran alivio", pero lo mismo calculan cerca de un millón de hectáreas afectadas. LA VOZ DEL INTERIOR

Las lluvias de las últimas horas y las que se vinieron sucediendo en el territorio cordobés desde el pasado 10 de enero “trajeron un gran alivio para los cultivos” en el territorio provincial, según el diagnóstico del Ministerio de Agricultura que, no obstante, sigue estimando la superficie afectada por la sequía entre 800 mil y un millón de hectáreas.

Entre las entidades de productores evaluaron que los nuevos aportes de agua podrían frenar la magnitud de las pérdidas económicas, aunque ya se descuenta una caída en los rendimientos promedio tanto de la soja como del maíz, los cultivos que aportan el mayor volumen de la cosecha.

Las lluvias “llegaron tarde” para el maíz y sólo trajeron alivio a aquellos lotes de segunda o sembrados tarde, en estado vegetativo con seis o siete hojas, según los técnicos (ver Más de 40 milímetros... ).

En una recorrida por los departamentos de Río Primero, Totoral y San Justo, el ministro de Agricultura de la Provincia, Néstor Scalerandi, afirmó –en una entrevista con Radio Mitre Córdoba– que la situación “cambió totalmente en los últimos 13 días”, después de las lluvias del 10 de enero, las de la semana pasada y las que siguieron el lunes. “No me animaría a dar un número sobre la pérdida real; estimar pérdidas ahora es imposible porque todavía se está sembrando. La situación ha mejorado muchísimo con estas lluvias; no era lo mismo 15 días atrás, cuando estábamos en el horno”, graficó. Así, descartó por el momento una ampliación de las zonas declaradas en emergencia e incluidas en el decreto que firmó el lunes el gobernador José Manuel de la Sota, y que abarca a diferentes pedanías en 13 departamentos (incluidos productores de Marcos Juárez, afectados por granizo y vendavales).

“El área afectada por la emergencia después de esta lluvia no va a ser más de 800 mil a un millón de hectáreas” –sobre una superficie total de seis a 6,4 millones–, mencionó Scalerandi. Según los cálculos de Agricultura, la superficie calificada bajo el régimen de desastre se ubicaría entre 60 mil y 100 mil hectáreas. En este caso, según la ley vigente, los productores deberán ser eximidos del Impuesto Inmobiliario de este año, aunque el costo fiscal para la Provincia sería exiguo: entre 1,8 y tres millones de pesos, a razón de 30 pesos por hectárea.

Siempre según el diagnóstico de la cartera agropecuaria provincial, las lluvias caídas en las últimas horas, aunque dispares en cuanto a zonas y milimetrajes trajeron alivio en algunas áreas donde los cultivos se encontraban seriamente afectados. “Las precipitaciones tienden a mejorar la evolución de los cultivos de maíz y de soja de siembra tardía”, indicó el segundo de Scalerandi en Agricultura, Juan Cruz Molina.

También dijo que tienden a mejorar las condiciones para recuperar la oferta forrajera de los rodeos ganaderos y lecheros. Entre las entidades de productores, el presidente de Cartez, Néstor Roulet, señaló que “las pérdidas en materia de rendimientos ya están; lo que pueden hacer las lluvias es asegurar que no caiga más bajo el umbral de esos rendimientos”.

A consecuencia del fenómeno climático, la entidad calculó que los rindes promedio de la soja y del maíz bajarán en esta campaña a 2,4 y 5,5 toneladas por hectárea. Con lo cual, los productores, a nivel nacional, no podrán recuperar unos 2.500 millones de dólares.

El titular del consejo provincial de Coninagro, Marco Giraudo, sostuvo que “en la mayoría de los casos, hay un cambio de ánimo sustancial; las pérdidas pueden ser menguadas, aunque hay zonas que siguen comprometidas”. Citó el caso de la zona de Pozo del Molle, donde los productores mixtos (granos y tambo) debieron picar maíces con muy pobres resultados.