El 83% de los productores agropecuarios piensa que su situación financiera actual es peor comparada con la de un año atrás. AGROVERDAD
Mientras que un 76% también sostiene que no es un buen momento para realizar inversiones; y un 95% cree que el contexto general del sector empeorará en los próximos 12 meses.
Así de marcada es la sensación de pesimismo que invade el escenario productivo argentino, de acuerdo a los resultados que arroja la encuesta periódica que realiza el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, el reporte AgBarometer.
Por el piso
En su edición de marzo, el reporte (que otorga un puntaje a los índices para una mejor comprensión de la encuesta) muestra que el denominado Índice de Confianza de los productores agropecuarios se mantiene entre los más bajos de su historia, sin mayores cambios con relación a la medición del mes de enero de 2023 (69 puntos contra 68), aunque con comportamientos distintos en las Condiciones Presentes y en las Expectativas Futuras.
Esto es así porque el Índice de Condiciones Presentes (el reflejo de cómo cree el productor que está hoy) presenta un deterioro con relación a la medición anterior de enero, 35 puntos actuales contra 38, lo que implica el rango más bajo desde que se comenzó a desarrollar el reporte en el año 2018. Si se lo compara en términos interanuales la caída es del 60%.
“La situación financiera actual (22 puntos) comparada con la del año anterior (73) implica una caída del 69% y se la ubica también como la más baja de toda la historia, siendo impactada, sin ninguna duda, por el fracaso de la cosecha de trigo 2022/3 y los recortes que se están dando todos los meses a los rendimientos de maíz y soja”, agregan los especialistas que realizaron el informe.
Por otra parte, como se indicó al principio, el 76% de los productores piensa que no es un buen momento para realizar inversiones con un índice de 49 puntos, número que contrasta con el optimismo reinante en marzo de 2022, cuando el índice fue de 101 manifestando un optimismo en los productores que luego se tradujo en una importante compra de maquinarias, equipos y otras inversiones hasta mediados del año 2022.
¿Y lo que viene?
Pensando en los próximos 12 meses, las expectativas son divergentes ya que, en lo referido a las proyecciones de la situación financiera del productor, hay una mejora importante con relación a la medición de enero 2023.
“Un 30% de los productores piensan que su situación va a ser mejor que la actual; con un valor de 95, presenta una mejora con relación al mes de enero 2023 (72 puntos), pensando que la situación climática va a ser mejor con niveles de precios razonables en función del comportamiento de los mercados internacionales”, detalla el informe, en el único aspecto que presenta un sesgo esperanzador.
Pero la mirada pesimista vuelve con fuerza en lo referido a las expectativas del sector agropecuario para los próximos 12 meses: un 95% piensa que el sector va a estar en una situación peor que la actual. “Esto se fundamenta en el total descontrol de las variables macroeconómicas y en la ausencia de propuestas concretas hacia el sector de todos los actores políticos”, se indica.
No cubren los costos
Otro de los aspectos que resalta la edición del mes de marzo es que el 61% de los productores manifiesta que los ingresos que se esperan a la fecha no van a alcanzar siquiera para cubrir los costos que tuvieron que desembolsar.
Esto tiene directa vinculación con los porcentajes ya detallados que reflejan el enorme impacto de la sequía y las condiciones generales de la economía, un combo por todos lados negativo para sus flujos de fondos.
Bonos de carbono
Finalmente, consultados los productores sobre el interés en los mercados de carbono, un 32% manifestó tener interés en la posibilidad de operar bonos de carbono, en tanto que un 18% indicó no estar interesado.
Un 15% ve factible la posibilidad de certificar bonos de carbono en el corto plazo. La amplia mayoría (72%), sólo lo ve factible en un mediano plazo. Y un 75% manifestó no haber tenido ningún contacto en concreto con posibles certificadoras, indicando que todavía queda largo camino por recorrer en torno a la validación de captura de carbono y prácticas sostenibles en la agricultura.
El informe completo adjunto.