21/05/2019

Legumbres: la creciente problemática de malezas y la asignatura pendiente del desarrollo de genética

Un conjunto de conclusiones e informes sobre distintos capítulos de la producción de legumbres dejó la Jornada de Actualización Técnica y Comercial de Legumbres Secas organizada por la Cámara de Legumbres de la República Argentina (CLERA) que se llevó a cabo en Salta. AGROVERDAD

Por ejemplo, la proliferación de malezas en cultivos como el poroto y “la cuenta pendiente” que se reconoce en cuanto al desarrollo de genética en el país.

Desde otro ángulo de los temas debatidos, Jesús Silveyra, Subsecretario de Mercados Agropecuarios de la Nación, reiteró que “hay un compromiso” respecto a los derechos de exportación que se han impuesto a diversos productos, entre ellos las legumbres, cesarán en diciembre de 2020.

Compromiso del gobierno
Pero antes de eso, Sergio Raffaeli, flamante presidente de CLERA, hizo mención a la forma en la que el actual gobierno le dio impulso al sector al inicio de la gestión, pero que a partir de septiembre pasado, luego del retiro de los reintegros, la reimposición de retenciones a las exportaciones y otras medidas, pueden generar fuertes distorsiones a partir de competencias desleales artificialmente creadas.

Por otra parte, reclamó que es hora de terminar de implementar los protocolos sanitarios con China, de forma tal de poder comenzar a trabajar en desarrollar el mercado del país asiático.

Por su lado, Jesús Silveyra, Subsecretario de Mercados Agropecuarios de la Nación, destacó que los últimos tiempos no han sido buenos, ni en materia productiva ni de precios internacionales. Asimismo, el año pasado el Gobierno, por razones fiscales, ha tenido que recurrir al incremento de los derechos de exportación y la reducción de reintegros, no obstante, lo cual el Presidente ha reiterado que estos impuestos no son los que convienen al país y hay un compromiso de quitar los $4 o $3 por dólar para diciembre de 2020.

También abogó por la sanción de una Ley de semillas que permita los avances genéticos que hacen falta, así como en la reglamentación de los estándares de calidad para aquellos productos que carecen de ellos.

Malezas
Uno de los problemas que más creció en los últimos años: la proliferación de malezas, en muchos casos tolerantes y resistentes a herbicidas, que compiten con los cultivos y les restan productividad, resumió Lucas Paterlini, encargado de Desarrollo Técnico de Mercado en Salta y Jujuy de la firma Basf, quién hizo una presentación sobre manejo integral ideal para un lote porotero en el norte del país.

“El trabajo tiene que comenzar el mismo día de la cosecha del cultivo anterior, y hay que pensarlo de entrada con una estrategia de manejo tanto químico como mecánico”, puntualizó Paterlini.

A través de encuestas realizadas a productores de las diversas zonas de Salta en las que se siembra poroto, Paterlini determinó que las dos malezas más predominantes son Amaranthus (yuyo colorado) y Chenopodium album (cenizo).

“Eso ya nos pone algunas trabas, porque no podemos usar glifosato en post emergencia y las herramientas para combatir las malezas de hoja ancha son limitadas”, indicó.

Tratamiento
Según Paterlini, para lograr un correcto manejo, el barbecho largo debe iniciarse con el primer control entre junio y julio, para llegar con el lote limpio a noviembre. Antes, habrá que estar atento a que no aparezcan algunas especies como Digitaria o sorgo de Alepo que deban controlarse entre agosto y septiembre.

“Al llegar a noviembre, se puede combinar una aplicación con herbicidas hormonales o PPP, como 2,4-D y Dicamba, por ejemplo. A partir de ahí, la idea es promover el desarrollo de pasturas que sirvan como cobertura a lo que será la siembra porotera”, explicó Paterlini.

A estas pasturas naturales hay que dejarlas desarrollarse y secarlas durante la primera quincena de enero, con glifosato más algún graminicida. Sobre ese pasto muerto, ocurrirá la siembra del 10 de febrero en adelante.

“Finalmente, si es necesario se puede realizar un control en post emergencia con Fomesafen o Bentazon. Y si aparece el ‘pasto cubano’, Halosulfuron”, recomendó.

De todos modos, hizo hincapié en tener mucho cuidado con los principios activos elegidos para los tratamientos. “La mayoría de los productos que se utilizan no tienen registro para este cultivo”, remarcó.

Otra asignatura pendiente: genética
Para lograr un crecimiento de la producción tanto en volumen como en calidad, es fundamental la investigación biotecnológica en cultivos. Por eso, la Jornada contó con un panel específico sobre genética, en el que se abordó el trabajo actual, hacia dónde debería ir la investigación y cuáles son los deberes que deben hacer tanto en el sector público como en el privado.

María Elisa Maggio es una de las principales expertas en legumbres. Desde Cerrillos (Salta), lidera el Programa de Mejoramiento de Legumbres del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Y fue quien encabezó este panel junto a Aníbal Liácono Diez (Porosem SRL) y Luis Marcelo Gerónimo (INTA Leales – Tucumán).

Para Maggio, hay que partir de la base de que lograr una variedad mejorada de un cultivo puede tardar de seis años hasta 20.

El sector público, ¿y el privado?
“Es una actividad de mediano plazo y que necesita una inversión permanente, entre el cruzamiento de líneas, ensayos, para alcanzar mejores rendimientos, resistencia a enfermedades o mejorar condiciones de calidad como tamaño o color de los granos”, explicó la experta salteña.

El problema es que esta inversión ha recaído históricamente, en este rubro, en el sector público, que tiene cíclicos vaivenes en la inversión en investigación a raíz de las recurrentes crisis fiscales y financieras que atraviesa el país.

“El mejoramiento genético de legumbres está en manos principalmente del sector público, porque las empresas grandes y los semilleros no se sienten atraídos a investigar en este tipo de semillas que son autógamas y además tienen un mercado pequeño”, precisó Maggio.

Un trabajo colaborativo
Desde su punto de vista, la clave está en que se organice un mejor trabajo, con más interacción dentro de toda la cadena.

“Las instituciones públicas tenemos una fortaleza muy importante en lo técnico, en la formación. Lo más escaso son los recursos, pero si trabajamos en colaboración con los productores y exportadores puede ser todo más eficiente, con lo que pueda aportar cada sector”, indicó.

Y continuó: “Lo que necesitamos es desarrollar un mayor trabajo en equipo. Con las experiencias de cada uno se enriquece muchísimo el trabajo. Hay, por ejemplo, ciertas características que el exportador conoce pero nosotros no, y ese trabajo en conjunto en la cadena es lo que hay que potenciar”.

¿Y China?
Como corolario y ejemplo a la vez, Maggio recordó que la próxima gran apuesta en el mercado de las legumbres es China. “¿Qué estamos haciendo como cadena para apuntar a esa demanda?”, enfatizó.