23/12/2011

Incertidumbre en Chicago por el efecto Niña en cosecha de Sudamérica

Panorama agrícola semanal. Ricardo Baccarín. AMBITO FINANCIERO

El clima seco en el centro pampeano y en el sur de Brasil provoca dudas en el mercado de Chicago, que intenta pronosticar el volumen de las cosechas de soja sudamericanas.

Los mercados financieros siguen teniendo una marcada influencia en la composición de los precios agrícolas. Las recientes caídas de las Bolsas afectan las monedas y generan una importante revalorización del dólar en los mercados mundiales, factor decididamente negativo para los commodities. Ni siquiera los metales preciosos, como el oro, están funcionando como herramienta de protección ante un escenario de incertidumbre, ya que el público inversor se refugia exclusivamente en la moneda norteamericana y en los bonos del Tesoro de ese país.

El clima seco de la región central pampeana y en el sur del Brasil genera dudas e incertidumbre en Chicago. Por momentos esta circunstancia logra que el mercado de granos se abstraiga de las malas noticias financieras y ensaye mejoras, particularmente en la plaza del poroto de soja y la de maíz.

El fenómeno de la corriente de La Niña, que se encuentra instalado en nuestra región, deberá ser monitoreado especialmente en el tramo que medie entre ahora y la primera quincena del mes entrante, momento en el que se definen en gran parte del país los rendimientos nacionales de maíz.

Resultará interesante observar si el mercado granario puede despegarse con mayor contundencia de los avatares financieros actuales ante un escenario climático adverso o si por el contrario, y a pesar de la sequía, es arrastrado por las turbulencias económicas globales.

La duda del momento en los principales mercados de materias primas, y particularmente en las agrícolas, es la marcha de la economía china en el futuro. Esta nación ha demostrado tener una permanente voracidad por commodities industriales y agrícolas en los últimos años y su sola presencia fue capaz de movilizar a todas las plazas mundiales de materias primas.

Por esta razón, los traders analizan probables escenarios futuros, dentro de un rango de mayor a menor optimismo, para determinar la conducta que los precios podrán alcanzar, en función de este examen. En un primer escenario, y asumiendo que el consumo de este país siga creciendo en la misma proporción que lo ha venido haciendo en la última década, la oferta debería crecer a un ritmo no acorde con la realidad imperante. Los precios récord que se registraron en los últimos años en casi todos los mercados podrán ser fácilmente alcanzados y aún superados ante un escenario de estas características, que resulta altamente improbable. El consenso de la mayoría de los especialistas financieros es que China se enfrentará con un crecimiento económico menos impresionante que el que transcurrió en la última década, en la que su tasa anual de crecimiento osciló entre un 8,3% a un 14,2%, alcanzando tasas de dos dígitos en seis oportunidades, de acuerdo con los datos consignados por el Banco Mundial.

Un segundo escenario plantea una tasa de crecimiento de entre un 4% y un 6%. Esta sería una excelente noticia para la economía norteamericana o la de otros países centrales, aunque no para China. Esta es la expectativa de crecimiento de algunos consultores para 2013 o 2014, como Nouriel Roubini.

Una perspectiva de crecimiento de este tenor no resulta ser una buena noticia para los mercados de commodities. El «aterrizaje forzoso» en la economía de este país provocaría un grave daño en las principales materias primas, particularmente en aquellas relacionadas con la construcción, como el acero, el cobre y varios otros materiales de uso industrial. También se vería afectado el mercado de carbón mineral y, en menor medida, el petróleo.

En cuanto a los granos, la soja se vería más perjudicada que el maíz. China es el principal demandante mundial de porotos de soja pero prácticamente se autoabastece del grano forrajero.

Para otros observadores, el escenario más probable es el de una economía que continúe expandiéndose, aunque a un ritmo no tan vigoroso. En esta línea se ubica Barclays, que proyecta crecimientos elevados, pero de un solo dígito. Esta teoría desembocaría en una demanda sostenida de materias primas, con la posibilidad concreta de subas interesantes de precios en varias de ellas, aunque en general se observarán mejoras moderadas. Existe consenso al afirmar que los commodities alimenticios resultarán menos vulnerables que los industriales ante la perspectiva de una menor tasa de crecimiento.

Ante los cambios en los hábitos alimentarios de la última década en China, y la creciente incorporación de población a la clase media, es probable que la demanda de carnes siga creciendo. Esto implicará mayor consumo de soja y maíz y eventualmente menor uso de arroz ó trigo. Hasta podrá resultar probable que en el mediano plazo, para el caso de mantenerse los hábitos alimentarios vigentes, esta nación comience a exportar moderadamente estos dos últimos cultivos.

De todas maneras, todo análisis que proyecte el consumo de materias primas por parte de esta nación deberá reconocer siempre que se trata de un mercado de tal magnitud que cualquier crecimiento en el consumo, aunque ralentizado en relación con los parámetros observados en la última década, puede sostener los precios de los commodities.