"Estamos en una situación extremadamente preocupante en la principal industria generadora de divisas de la Argentina", comentó Gustavo Idígoras, presidente de CIARA (Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina) y CEC (Centro Exportador de Cereales), durante un encuentro junto a inversores de ADBlick Agro. "Lo digo con muchísima preocupación pero no desánimo", aclaró.
Del encuentro también participó Fernando Vilella, ex secretario de lo que ahora volvió a ser Agricultura, Ganadería y Pesca, y Alfonso Romero Vedoya, Director General Ejecutivo de COFCO International.
Idígoras fue tajante al destacar que el sector necesita tener un diágnostico compartido sobre la actualidad del sector agropecuario, pero con foco en el complejo soja. "Argentina sigue teniendo una enorme dependencia de un solo sector, que es el complejo cerealero oleaginoso, que representa 7 de cada 10 dólares que ingresan al país", destacó y apuntó a la necesidad de tener múltiples sectores generadores de divisas genuinas. "Y este sector padece una crisis de estancamiento de hace 15 años", comentó sobre el complejo soja.
"Llevamos 15 años de estar totalmente dormidos y paralizados. Es extremadamente negativo pero no hay que ser pesimista, hay varias cosas que se pueden modificar pero tenemos que estar convencidos de que estamos en esta situación", resaltó.
Al mismo tiempo, habló de los encuentros con los encargados del área económica, pero no especificó un Gobierno en particular: "No hace falta personificar porque es un problema estructural de la Argentina", dijo haciendo referencia a la escasez de divisas genuinas.
Idígoras contó que como el sector que más dólares aporta a la Argentina, recibe convocatorias de todos los Gobiernos para conversar: "Todo equipo económico mira la coyuntura, mira la situación que tiene máximo el mes que viene. No puede tener una mirada de prospectiva para ver qué necesita el sector oleaginoso para crecer un 20%. La cantidad de veces que fui con esa carpeta y me volví sin ninguna respuesta. Lo que me plantean es, 'hoy, mañana y pasado, cuántas son las divisas que me pueden aportar'".
El titular de la poderosa cámara de empresas agroexportaodras destacó también que todos esos debates se van a liquidar en Argentina cuando se alcance la unificación del tipo de cambio: "El Banco Central va a dejar de ser el único oferente de divisas en Argentina".
"El valor que tiene la unificación cambiaria no lo hemos dimensionado, nosotros lo pedimos todos los días, lo reclamamos y lo apoyamos. Hay gente que piensa que nosotros apoyamos los dólares especiales, es todo lo contrario, los detestamos. Cuando sale un dólar especial tenés que generar condiciones financieras, convencer a la casa matriz, tener una posición más larga de embarque. En la India, que nos compran aceite, se hacen un festival, le regalamos la mercadería al mundo. Parecería que los gobiernos argentinos y los equipos económicos trabajan para los compradores, y no para los vendedores. Salimos a rematar mercadería, generamos un enorme daño a la Argentina. No nos gustan los dólares especiales ni ningún tipo de prebenda ni nada por el estilo", resaltó.
En este sentido, remarcó que "la unificación cambiaria es un tema central". "Este es un equipo económico que, como dijo Fernando Vilella, tiene una mirada macroeconómica extremadamente dura en términos de cómo llegar a ese objetivo, con superávi fiscal real y genuino, sin emisión monetaria. consideran que la economía argentina naturalmente va a reaccionar y crecer para lograr la estabilidad económica. En ese concepto de que se alcanza 'naturalmente' hay un debate muy amplio. Los sectores económicos vemos que en ninguna parte sucede, se necesitan políticas para promover condiciones de crecimiento", señaló y ejemplificó con el complejo sojero, que con retenciones de 33% debería crecer en producción y molienda, algo que no cree que pueda pasar.
"Lo primero que tenemos que hacer es bajar las retenciones a la soja", comentó y citó un estudio que están por publicar para demostrar el impacto que tendría esta medida: "Hicimos un estudio econométrico que muestra que si solo bajamos las retenciones del 33% al 25%, Argentina tendría US$ 5000 millones más en un año. Y el fisco en lugar de sacrificar US$ 320 millones por recaudación ganaría US$ 730 millones por otros impuestos. Es verdad que son impuestos coparticipables, pero es saludable para salir de impuestos distorsivos".
De la misma forma, destacó que "hay una voluntad y una fuerza muy grande cuando te sentás a hablar con los productores". "Hay una energía ultra poderosa, y una industria que lo va a acompañar siempre y va a seguir batallando en el mercado internacional".
"Hoy hacemos este diagnóstico duro y crítico porque vemos una oportunidad política de cambiar la realidad. Si vos me decís, ¿el año pasado estábamos en condiciones de discutir esto? No, era imposible discutir esto. Todos los días era ir a la Secretaría de Comercio y administrar fideicomisos porque eran un desastre. Discutir los dólares especiales que había, las intervenciones de mercado, las cuotas. Había que administrar el caos. Este gobierno abrió una luz de esperanza, y ahora si vemos la realidad con el objetivo de cambiarla", destacó.
"Es un gobierno receptivo a hacer, pero falta tener una visión compartida. ¿Por qué no hay un proyecto de ley para bajar retenciones? También necesitamos una licitación de la hidrovía, tenemos una autopista exportadora, que la hicimos en los 90, pero ahora es una Panamericana que tiene dos manos, fue maravillosa pero se congeló, no hubo más inversión. Le regalamos carga a Brasil, o vamos a cargar a Bahía Blanca o Necochea con mayor costo de flete. Deben entrar más barcos y con más calado. Y lo pagan los productores del norte, un flete de Salta a Rosario es más caro que un barco de Argentina hasta Vietnam. Otro tema es la propiedad intelectual. Podemos crecer pero no necesariamente en superficie, se crece con rinde y necesitamos tecnología. Es un tema complicado, pero es una realidad, debemos superar estos tres temas. Tenemos un gobierno receptivo que lo puede promover", concluyó.
Durante la presentación, Idigoras compartió algunos "números elocuentes" de lo que plantean como industria: "No hay que desanimarse porque hay una oportunidad de cambiar", aclaró de nuevo.
"Cuando uno analiza a la soja y al comercio mundial de soja y subproductos derivados, vemos una película de un tren que va a muchísima velocidad, tanto en oferta y demanda, con diversificación, y Argentina es un espectador, primero era parte del tren y hoy estamos con suerte en la última fila viendo si cerramos el cine. Cada vez más lejos de esa película", advirtió y citó que de la campaña 2010 a la actualidad, Brasil creció un 111% en producción y Estados Unidos un 38%, mientras que en Argentina la cosecha no creció y hasta descendió.
"Cuando vemos la molienda de soja, y hay que aclarar que harina y aceite son los principales aportantes de divisas del país, la molienda creció 53% en Brasil y 42% en Estados Unidos, con compromisos de inversión para crecer hasta un 30% más en los próximos años. En Argentina hay capacidad ociosa, nunca se supera el 60% de la capacidad total instalada. No estamos creciendo ni en capacidad ni en ritmo de molienda", resaltó y apuntó a que "la estrella de esta película es el biodiésel".
"Los granos van a estar cada vez más vinculados al valor energético. Y Argentina está desacoplada de eso. Son las nuevas demandas internacionales y nuevas variantes de biocombustibles, como el HVO en EEUU, y el combustible de aviación civil en Europa (SAF), implica 15 veces más de comercio de aceites vegetales a 2050. En esas películas Argentina no participa en nada", alertó y dijo que el marco regulatorio es "totalmente arbitrario y discrecional, fue hecho a imagen y semejanza de intereses políticos que paralizaron la inversión".
"Estamos siendo espectadores y el mundo siguió apostando a eso. Podemos subirnos a ese carro y hacen falta reformas. Pero primero debemos convencernos de que estamos en esta situación desastrosa. Lo primero es compartir el diagnóstico", cerró.