El Gobierno reflotó ahora la embestida contra las petroleras acusándolas de cartelizarse, de poner sobreprecios en la venta mayorista y negocia con ellas que contemplen bonificaciones por volumen para los despachos para el transporte de cargas y de pasajeros.

–El Gobierno reflotó ahora la embestida contra las petroleras, mi estimado don Tecno, acusándolas de cartelizarse, de poner sobreprecios en la venta mayorista y negocia con ellas que, ante la supresión de subsidios oficiales, contemplen bonificaciones por volumen para los despachos para el transporte de cargas y de pasajeros.

–Ante de que usted prosiga, compañero don Productivo, conviene recordarles a nuestros comunes mortales que las actividades del agro en la chacra hace rato dejaron de percibir subsidio con el gasoil. Al menos si la cuenta la hacemos de este modo: los productores llevan más de ocho años pagando más caro el combustible a granel y un dólar sojero que hay que tomarlo con un 35 por ciento de retenciones.

–A eso quería llegar; fíjese que el gasoil ultradiésel está en unos 4,40 pesos en el surtidor y el precio en el campo asciende a 5,90. Si hacemos el cálculo traducido a dólares, tenemos que la paridad oficial está en 4,33 pesos por verde; pero si le aplicamos el 35 por ciento de las retenciones a la soja, el chacarero está recibiendo 2,82 pesos por dólar. Con lo que estaría pagando el equivalente a más de dos dólares por litro de combustible.

–En términos parecidos, yo le voy a sumar el análisis que hizo la Sociedad Rural de Jesús María: hoy, el gasoil puesto en el campo de un productor cordobés cuesta 5,95 el litro. Y, al contrario del sector del transporte, que recibe múltiples subsidios, al agro se lo castiga con una quita en sus ingresos (no en sus ganancias, a las que también les resta similares impuestos que el resto de la población) tanto en soja por las retenciones, como en maíz y trigo, por el doble fenómeno de retenciones y distorsión del mercado. Entonces, por lo que históricamente costaba 1,8 kilos de soja cada litro de gasoil, hoy un empresario agropecuario debe entregar 5,4 kilos por litro, tres veces más. A ese desfasaje el productor lo soporta con recursos genuinos, en su mayoría, o con créditos caros, pese a las condiciones que a menudo debe afrontar, como la sequía de ahora.

–A propósito de estas cuentas, Cartez llevó el miércoles a la reunión con el ministro nacional Norberto Yauhar el planteo de que el Gobierno nacional debería revisar la carga fiscal de las retenciones, por cuanto estas resultarían confiscatorias al afectar directamente el capital de los productores. El argumento es que si alguien invierte el equivalente de 30 quintales y obtiene 20 –debido a la emergencia climática– quedará con un rojo de 10 quintales y aun así deberá entregar siete quintales al Estado en concepto de retenciones, descapitalizándose.