20/09/2017

“El productor que adoptó el garbanzo no va a volver al trigo”

Jorge Reynier, directivo de la Cámara de Legumbres (Clera), destacó el posicionamiento de Córdoba como el principal productor de esta legumbre en el país. Anticipan un año comercial "muy bueno" para la exportación de la nueva cosecha. AGROVOZ

Jorge Reynier, directivo de la Cámara de Legumbres de la República Argentina (Clera), proyectó un panorama “muy bueno” para la colocación de la nueva cosecha de garbanzo, especialmente entre los meses de noviembre y febrero, antes de que ingrese la cosecha de la India en el mercado internacional. 
En diálogo con Agrovoz, durante una jornada de actualización técnica en legumbres que la cámara realiza este martes en Córdoba, Reynier se refirió a las pérdidas por factores climáticos en la actual campaña. 
Otra jornada sobre legumbres tendrá lugar este miércoles, en el Campo Escuela de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba.
 Desde la óptica del comercio internacional, Reynier admitió que uno de los puntos a resolver está referido a la tecnología utilizada en el secado del cultivo de garbanzo, previo a la cosecha, para estar alineados con la normativa europea en materia de residuos de fitosanitarios.
También fue consultado sobre las perspectivas del cultivo de legumbres en la región y en el país.

–¿Qué motivó a la Cámara de Legumbres concretar este encuentro en Córdoba?
–Esta provincia se ha convertido en el principal productor de garbanzo en el país; estamos hablando de más del 50 por ciento del área sembrada. El resto se distribuye entre las provincias de Catamarca, Tucumán y Salta. En Córdoba hay muy buenas calidades, infraestructura y plantas de procesamiento. Gran parte de la exportación se origina en esta provincia. Y venimos aquí a volcar nuestra experiencia comercial, y a abordar el aporte genético, la sanidad y la política gubernamental.

–¿Cómo evalúan la política oficial en materia de incentivos para las legumbres?
–Durante el anterior gobierno teníamos derechos de exportación. El actual gobierno los removió, tenemos apoyo institucional del Ministerio de Agroindustria; estamos abriendo nuevos mercados, se están haciendo acuerdos fitosanitarios con países con los cuales no teníamos. Se han implementado pequeños reintegros a la exportación, se han quitado algunos costos como el TAP (seguro obligatorio) en el puerto de Buenos Aires. Estamos luchando para bajar los costos portuarios; el costo logístico en la Argentina es elevado. En el caso de la producción que viene del norte tenemos fletes de entre 50 y 65 dólares por tonelada, que se podría bajar con el ferrocarril Belgrano. Podemos mejorar mucho en el costo interno argentino.

–¿Entre las fortalezas y debilidades del rubro legumbres, qué hay para mejorar?
–Durante mucho tiempo tuvimos costos incrementales en dólares y eso nos quitaba competitividad. Actualmente, con un mejor tipo de cambio, tratando de mejorar la logística, y con algún tipo de beneficios en préstamos a la producción, estamos mejorando. Tenemos que tener claro que estamos en un lugar apartado de los centros de consumo. 

–¿Cómo viene la cosecha de este año?
–Hemos tenido algunos factores climáticos que impactaron. La siembra en Córdoba fue con poca humedad; luego hemos tenido tres heladas fuertes, lo mismo ha sucedido en el norte. A partir de las lluvias de hace dos semanas, entre 20-25 milímetros aquí en Córdoba, el panorama ha cambiado. Igualmente hay una pérdida importante de área, se estima entre un 30 y 40 por ciento, y seguramente los rendimientos van a flaquear un poco, no van a ser los altos rendimientos que hemos tenido en las últimas dos temporadas.

–¿Cómo se presenta el escenario comercial?
--El garbanzo comenzó con exportaciones a los países limítrofes; luego, en un momento se empezó a exportar a Europa; cuando logramos calibres de nueve milímetros empezó una demanda muy interesante de lo que es Medio Oriente. El país más importante para nosotros es Turquía. Y hace unos cinco años que Pakistán ha pasado a ser el principal destino de nuestra producción. En el mundo, el garbanzo es una de las legumbres que está incrementando el consumo y hemos visto en los últimos años, por distintos factores, una demanda sostenida, continua, y con precios creciendo. Tenemos una ventana comercial muy importante hasta la entrada de India en el mercado, desde noviembre a febrero. El panorama que tenemos en los próximos cuatro meses es muy bueno, con precios sostenidos e incrementándose. A buenos precios, todos los orígenes producen garbanzo y siempre el mercado tiende a nivelarse; pero no hay ningún tipo de problema en colocar toda nuestra producción.

–Tratándose de cultivos invernales, ¿cómo se presenta la perspectiva de sustitución del trigo, por ejemplo, y la expansión de área sembrada en legumbres?
--Uno de los grandes secretos del crecimiento y desarrollo del garbanzo ha sido la sustitución por el trigo. Diez años atrás o menos, había muchos problemas para la comercialización del trigo; eso incentivó el cultivo de legumbres en distintas provincias; se llegó a sembrar en Santa Fe y Buenos Aires. La aparición de la rabia en 2011hizo desistir el trabajo en esas provincias. El productor que adoptó el garbanzo, no va a volver al trigo; no hay problemas. En los cultivos de invierno, entre las legumbres tenemos al garbanzo como principal actor, y después le siguen las arvejas y lentejas. Estas últimas tiene ambientes más definidos en el sur de Santa Fe, hacia el sur de Rosario, y el norte de la provincia de Buenos Aires. En cambio para el garbanzo tenemos una mayor área, que empieza en Córdoba y llega hasta el norte de Salta.

–¿La parte sanitaria se puede ir resolviendo en los próximos tiempos?
–El gran desafío que tenemos es en la última parte de la producción, en el secado del cultivo. Se utilizaba mucho Paraquat (un herbicida de contacto) y este es un producto prohibido en la Unión Europea y en otros destinos. En esto vamos a tener que trabajar intensamente para lograr algún tipo de secado que no deje residuos. Este hoy en día es un tema importante.