Productores planean movilizarse para solicitar la «emergencia agropecuaria». Impactos en la economía. Lorena Hak. AMBITO

La sequía provocada por el fenómeno climático denominado La Niña, que ya es casi costumbre en los veranos del Cono Sur, continuará en el país hasta por lo menos el 10 de enero, según aseguró a este diario un experto en agroclimatología. La preocupación crece entre los productores que ya planean movilizarse para pedir asistencia de las autoridades. Mientras tanto, los pronósticos de pobres cosechas se traducen en subas de precio en el mercado de Chicago.

Las estimaciones indican que esta campaña no será afectada por la sequía como en 2009, cuando se perdió entre un 30% y un 40% de la producción de soja y de maíz, respectivamente; pero llovería menos que el año pasado, cuando la seca de diciembre fue revertida con precipitaciones desde la segunda quincena de enero. El especialista en agroclimatología de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, Eduardo Sierra, aseguró ayer a este diario que «no hay una buena evaluación de cuánto puede afectar todavía» la falta de precipitaciones. Es que si finalmente llueve este mes, el daño puede recuperarse, «por eso esta sequía no es definitiva».

No obstante, a diferencia de otros escenarios similares en los últimos años «gran parte de la angustia esta vez es por el precio de los alquileres de los campos, que no va a poder permitir una recuperación con el alza de los precios», se animó a opinar Sierra.

De todas maneras, las dificultades climáticas tienen su contracara en el mercado. La Argentina es uno de los principales exportadores de soja, excluyendo a Brasil que tiene un importante consumo interno para la oleaginosa. Cualquier suceso que reduzca la producción local tiene obligatoriamente una respuesta en Chicago. «Ahí habría una compensación», dijo Sierra. Es que desde que se conoció la perspectiva «el mercado está influenciado por las condiciones meteorológicas en América del Sur», señaló Jason Roose, de US Commodities. Chicago permaneció cerrado ayer por el feriado en Estados Unidos, pero en los últimos días la soja subió a u$s 440 la tonelada, con el precio más alto desde el 4 de noviembre último.

A fines de diciembre de 2010 «había mucha incertidumbre porque en los suelos no había agua, pero siempre algo llueve y el daño no es total», dijo Sierra. Para esta campaña, el alivio llegaría finalmente «el 10 de enero», estimó el experto que publicará el informe climático de la Bolsa de Cereales porteña esta semana.

Diferencias

Esa fecha resulta alentadora si se tiene en cuenta que el año pasado llovió entre el 15 y el 20 de enero, lo que permitió que se recuperaran los cultivos. Distinta fue la situación en 2009, cuando las precipitaciones no aparecieron ni en enero, ni en febrero, con una cosecha de soja un 30% menor a lo estimado «aunque esa producción valió lo mismo que toda la cosecha previa porque el precio se va para arriba», recordó el experto. Esta vez, los efectos de La Niña se están notando sobre todo, en la región sur de Santa Fe, centro y norte de Buenos Aires y sudeste de Córdoba.

Tanta es la preocupación de los productores de la zona núcleo que el presidente de CARBAP, Alberto Frola, afirmó que esta semana se reunirán las entidades del agro de la provincia de Buenos Aires donde evaluarán pedir «la emergencia agropecuaria». «La situación está muy complicada, hay una sequía muy fuerte», confirmó el dirigente.

Gran parte de los campos de la provincia de Buenos Aires viven un panorama desalentador. El año anterior, recibió más de
$ 150 millones en concepto del Fondo Federal Solidario, más conocido como fondo sojero, dinero que se utilizó para llevar adelante obras de infraestructura. Sin embargo, ante esta situación de sequía las cifras podrían disminuir.