El dibujo de Lionel Messi con agricultura de precisión ya se ve desde el aire en muchos lotes del campo argentino.
Bajo este marco, Reuters visitó un lote en la zona de Los Condores, en Córdoba, y compartió imágenes de la obra de arte.
"Se sembró utilizando un algoritmo que calculó dónde se necesitaría sembrar las semillas para que, cuando creciera el maíz, se creara una enorme imagen visual del rostro barbudo de Messi", describe el artículo de Reuters que recorre el mundo.
"Para mí, Messi es imbatible", destaca a Reuters Maximiliano Spinazze, el productor que sembró la cara del goleador histórico de la selección argentina. "Ahora son campeones del mundo, estoy encantado de que esto se pueda expresar plantando el cultivo", agregó. Cabe señalar que el lote se sembró antes de que Argentina salga campeona del mundo de fútbol.
Foto: REUTERS/Agustin Marcarian
Argentina, además de trascender fronteras con la pasión por el fútbol, es el tercer mayor exportador mundial de maíz y el primero de aceite y harina de soja. También lidera las ventas al exterior de maní. De hecho, Carlos "Charly" Faricelli, el agrónomo que diseñó la codificación de las sembradoras para dibujar a Messi con maíz, trabaja en una de las principales empresas del sector: Prodeman.
"Tuve la idea de hacer un código que va en las sembradoras con la cara de Messi como homenaje", dijo, y agregó que luego puso el código a disposición de cualquier productor "que se atreviera a plantarlo".
Usando herramientas de geocodificación, la maquinaria sabe cuánta semilla por metro cuadrado tiene que poner en ciertos lugares para crear el contraste de las diferentes partes de la cara de Messi, dijo Faricelli a Reuters. “Entonces cuando este maíz crece y se toma una toma aérea, donde las plantas están más juntas y el suelo es menos visible, un verde más intenso contrasta con donde hay menos plantas y entonces se crea este tipo de arte agrícola”, agregó.
Son más de 18 los lotes que sembraron la cara de Messi, que ya se comienza a ver con precisión desde el aire.}
Foto: REUTERS/Agustin Marcarian