30/12/2020

¿Sube la soja en 2021?: la FED y la reflación de activos

Es altamente probable que los mercados emergentes y los commodities en particular tengan un buen año en 2021. AGROFY NEWS

Dos son los factores que deberían ocasionar dicha dinámica. Primero, la economía china a fuerza de estímulos tan enormes como los implementados en Estados Unidos se viene recuperando fuerte y esta tendencia debería continuar durante el 2021. Recordemos que China es el principal demandante de commodities en el planeta.
Segundo, la emisión monetaria de manos de los principales bancos centrales del mundo ha sido histórica y extremadamente acelerada desde la estampida del Covid-19 en marzo del 2020. Este monumental exceso de liquidez se reciclará entre distintos grupos de activos tales como acciones, criptomonedas y commodites. Irónicamente, poca será la inflación ocasionada en Estados Unidos a pesar de la mega emisión monetaria a manos de la FED.
Desde el 2008 cuando la FED por primera vez en su historia implementa QE (Flexibilización Cuantitativa) el proceso inflacionario de Estados Unidos y el mundo debe ser conceptualizado en una forma que trasciende a la clásica Teoría Cuantitativa del Dinero. Al ser el dólar la moneda de reserva de valor mundial, la emisión de dólares de la FED entre otras cosas, se recicla por dos canales no inflacionarios en Estados Unidos, pero sí inflacionarios en el resto del mundo.
Primero, para evitar la licuación del dólar tal como ocurrió en la crisis anterior, el mercado sale a “vender” dólares y a comprarse a cambio activos reflacionantes contra el dólar tales como acciones, criptomonedas y commodities, los cuales en general son bienes utilizados para especular y no para consumir. De esta forma, la FED genera algo bastante mas perverso que la inflación tradicional: reflación o mejor dicho, inflación de activos financieros con el riesgo de generar una burbuja imparable.
Segundo, al canalizarse parte de la reflación en commodities, dicha suba genera ingreso masivo de dólares a economías emergentes que para frenar la apreciación del tipo de cambio y perder competitividad, salen a comprar dólares emitiendo moneda local y generado por lo tanto, inflación local. Esta dinámica se vio bastante en emergentes en la crisis anterior, durante los años 2009/2012 hasta que se plancha el crecimiento chino y con ello la dinámica de los commodities.
Resulta evidente que la FED exporta entre otras cosas inflación al resto del mundo porque el dólar tiene una ventaja única que le permite cobrar impuesto inflacionario al planeta entero: reserva clásica e indiscutible de valor.
En lo que va del año, la soja está 33% positiva y más aún, desde los mínimos del 2020, la soja ya está 53% positiva y a pesar de ello, sólo está a mitad de camino entre el mínimo alcanzado en 2008 y su máximo de 2012. Nada parecería indicar que esta dinámica se discontinúe en los próximos meses sino que, por el contrario, la FED y el resto de los principales bancos centrales del mundo sentaron al inicio de la pandemia de coronavirus las bases para un bull market de activos financieros sobre la misma premisa que en la crisis anterior: mega-nominalización de activos, efecto riqueza ocasionado por suba de activos financieros y claramente una nueva burbuja que, tal como la creada en 2008, no tiene por qué implosionar.
Esta vez, al igual que en 2008, la estrategia de la FED será la de no sacar del mercado ningún estímulo monetario sino que un 2% de inflación promedio anual mas un 2% de crecimiento promedio anual vayan licuando a este monstruo en las próximas dos décadas.
Otra vez más, la FED acaba de regenerar la nueva versión de la trampa de liquidez, una en donde la FED emite sabiendo que todo lo emitido nunca podrá retirarse porque si dicho evento ocurriese la estabilidad de la burbuja creada estaría en serio peligro. Como decía Einstein: la fuerza mas poderosa del universo es el interés compuesto y el plan es que el mismo y el tiempo licúen a una criatura cuya razón de originación fue un virus que quizá comience a desvanecerse a fuerza de las vacunas encontradas. Dedos bien cruzados en augurio de un potencialmente buen año para economías emergentes.
*Germán Fermo Director Maestría en Finanzas, Universidad de San Andrés