La Bolsa de Cereales de Buenos Aires estima una producción de 57 millones de toneladas. El rinde promedio es de 32,3 quintales por hectárea. CLARÍN

La cosecha de soja ingresó en la recta final. En Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos apenas quedan cosechar unas 170.000 hectáreas y a nivel nacional ya se trilló el 90% de las 19,2 millones de hectáreas que se implantaron con el cultivo. En las últimas semanas se registró un importante avance en la recolección en el NOA, en el NEA y en el sudeste de Buenos Aires.
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires informó que hasta el momento se cosecharon 52,7 millones de toneladas, con un rinde promedio de 32,3 quintales por hectárea. La proyección es que se producirán 57,5 millones de toneladas, una cifra que está 2,7% por encima del volumen que se trilló el año pasado (56 millones de toneladas). La Bolsa de Comercio de Rosario estima un volumen de producción levemente inferior (57 millones de toneladas), con un rendimiento promedio de 31,7 quintales por hectárea.
En las últimas semanas, la tregua que dieron las lluvias mejoró el estado de los suelos y permitió que las cosechadoras puedan avanzar. Por eso, el ritmo de cosecha está 3,9 puntos por encima del que se había logrado la campaña pasada, cuando las constantes lluvias del otoño generaron demoras muy importantes. Hoy ese escenario, además de en las zonas anegadas del sur de Santa Fe y Córdoba, sobre todo se da en el sur de Chaco, en donde la combinación de excesos hídricos y lloviznas complica ingresar a los lotes.
Hasta el momento, el rinde promedio de la oleaginosa supera los 32 quintales por hectárea.
En la zona núcleo, la cosecha no fue sencilla porque las intensas lluvias de marzo y principios de abril acumularon mucha agua en los lotes y afectaron la red de caminos rurales, lo que hacía muy difícil llegar con los fierros a los campos.
Pero en mayo se moderaron las precipitaciones y se pudo avanzar con la cosecha, aunque con serias dificultades logísticas y también fue necesario guardar muchos “porotos” húmedos en silobolsas, lo que puede generar problemas de calidad en el mediano plazo. En el sur santafesino y cordobés, los gravedad de los excesos hídricos provocó que se perdieran miles de hectáreas del cultivo, con importante pérdidas para los productores .
En la zona núcleo, por ejemplo, la superficie que se implantó con soja y no pudo ser cosechada por los anegamientos asciende a 570.000 hectáreas. “Numerosos lotes quedaron bajo agua por las constantes precipitaciones que recibió la zona desde diciembre. Se ha perdido un 15% de lotes de soja de segunda, buena parte malograda al momento de ser implantada por las fuertes lluvias. Sobre el fin de la cosecha, muchos lotes continúan embarrados. La falta de piso impide el ingreso de las maquinarias, y buena parte se da por perdida”, advierte un informe de la Bolsa rosarina.
La Bolsa de Cereales de Córdoba estima que en esa provincia se van cosechar 13,9 millones de toneladas la oleaginosa, un 6% menos que el ciclo anterior por la leve caída en el área de siembra y las inundaciones. Los departamentos con más lotes de soja afectados por los anegamientos son Roque Sáenz Peña (51.600 hectáreas), General Roca (48.300 hectáreas) y San Justo (37.300 hectáreas).
En el centro norte de Santa Fe todavía falta trillar un 20% de la soja de segunda (se levantaron unas 400.000 hectáreas). Los rindes que se están logrando oscilan cerca de los 26 quintales, con lotes puntuales de 35 quintales, destaca el último informe del Sistema de Estimaciones Agrícolas (SEA) de la Bolsa de Comercio de Santa Fe.
 En Entre Ríos, la producción de soja creció un 40% esta campaña. Pasó de 2,3 millones de toneladas (ciclo 2015/16) a 3,3 millones de toneladas este año, de acuerdo a un informe de la Bolsa de Cereales de esta provincia.
En soja de primera se logró un rinde medio de 29 quintales por hectárea y en los lotes de segunda de 23 quintales.