Un fantasma asoma sobre los precios: posiblemente el volumen a cosechar en Brasil supere las 82 millones de toneladas. Por Manuel Alvarado Ledesma | AGROSITIO

Las caídas continúan sin previsión de cambio de rumbo. Al menos para lo inmediato.

El mercado de hoy fue un exponente de la situación. En el primer día laborable del nuevo año, los futuros en Chicago revelaron una tendencia claramente bajista.

Estableciéndose bajo la influencia de un dólar fortalecido respecto a las otras divisas, obviamente, los precios siguieron en su derrotero negativo.

Sin duda, como elemento puramente coyuntural, la cancelación de embarques por parte de China ha estado detrás de las bajas.

Pero el elemento que más pesa en este tiempo de caídas es la proximidad de la cosecha de Brasil que se presenta con un excelente panorama. De hecho, los primeros lotes están cosechándose. Y los resultados aportan un buen augurio.

Muchos estiman que será récord. Es posible que el volumen a cosechar supere el nivel de 82 millones de toneladas. De esta forma, Brasil pasaría a superar a EE.UU. como primer proveedor mundial.

En tanto, en nuestro país el cuadro es mucho menos halagador. Más bien, habría que definirlo como preocupante.

No sólo porque la cosecha no logrará cumplir con las expectativas originales sino también porque la actual disponibilidad de mercadería alarma a las aceiteras que requieren materia prima para elaborar su producto en términos de aceites y harinas.

Algunas de ellas han debido desacelerar considerablemente su ritmo de industrialización por falta de un adecuado nivel de suministro de soja.

En consecuencia, hoy la capacidad ociosa del complejo agroindustrial aceitero alcanza a 35%, según información de CIARA. Este ratio es notablemente superior al del promedio de los últimos años.

Según la BCR habría tan sólo 1,2 millones de toneladas de soja, sin vender, correspondientes a la campaña 2011/12. Para esta fecha del año anterior, el saldo sin vender llegaba a cerca de 3 millones de toneladas.

En tanto la siembra continúa avanzando. Y, aunque ha recuperado terreno, sigue estando atrasada. Se estima que ha sembrado cerca de un 90% de la superficie programada.

Este atraso en la siembra más las dificultades de germinación, los problemas fitosanitarios y la considerable porción de la superficie que no podrá ser cubierta nos lleva a concluir que los problemas de suministro de la Argentina, contrariamente a lo que provoca Brasil, habrán de actuar como soporte de los precios en los meses venideros.

La incertidumbre sobre los resultados de la nueva cosecha incidirá a favor de los valores. Lamentablemente, Argentina patea a favor de los precios. Porque el volumen que se avecina dejará mucho que desear. Seguramente, sea de algo menos de 50 millones de toneladas.

Contra esta presión, la cosecha de Brasil que, día a día, pesará cada vez más en la formación de los precios no será una buena ayuda para una eventual mejora de valores.

Sea cual fuese el cuadro productivo de América del Sur, la realidad es que las existencias mundiales seguirán reducidas. Por lo tanto para los próximos meses, los precios podrán bajar algo, pero seguramente continuarán por encima de los valores del año 2011.