18/05/2012

Se frenan las ventas al exterior de harina de trigo y de semillas

La causa es la obligación para los exportadores de liquidar divisas en un plazo de 15 días | LA NACIÓN

Las operaciones por nuevas exportaciones de harina de trigo y de semillas en contraestación [que se producen aquí para abastecer la demanda en otros mercados] quedaron virtualmente paralizadas después de la decisión del Gobierno para que los exportadores liquiden divisas en un plazo de quince días.

"No hay nuevas operaciones de venta para la exportación. Están todas suspendidas", expresó a LA NACION el representante de uno de los más importantes molinos harineros.

Según el operador, mientras el Gobierno pretende que liquiden a los quince días del embarque, las empresas cobran por la mercadería en un plazo que va de los 30 a los 90 días. "Bajaron a 15 días el ingreso de divisas y se está haciendo imposible mantener los clientes", agregó. LA NACION intentó, sin éxito, conocer una opinión formal sobre este tema por parte de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM).

En la Argentina, el sector molinero está compuesto por 94 molinos. El año pasado se exportaron poco más de un millón de toneladas por US$ 400 millones.

La semana pasada, Cristina Kirchner anunció que todas las compañías que exportaran menos de US$ 2 millones al año quedaban exceptuadas de la medida. Sin embargo, según fuentes del sector, como la mayor parte de las empresas facturan más de ese monto, la resolución oficial continúa generando trastornos.

Recientemente, representantes de la industria molinera fueron recibidos por funcionarios de segunda línea del ministro de Economía, Hernán Lorenzino, para analizar el impacto de la medida en el sector.

TAMBIÉN SEMILLAS

Además del freno en la harina de trigo, la medida oficial paralizó las ventas al exterior de semillas en contraestación. Se trata de semillas que se producen aquí para después ser colocadas en el hemisferio norte, aprovechando la diferencia de estaciones entre una y otra región del mundo. El año pasado, con este negocio la industria semillera vendió al exterior más de 140.000 toneladas y facturó US$ 250 millones, esto es, casi el 25% de lo que representan sus ventas internas. Maíz, soja y girasol son los productos más demandados, adquiridos por empresas de los Estados Unidos y Europa.

"Los plazos que tenemos para liquidar son muy chicos", señaló una fuente de la industria semillera. "En esta industria, cuando se exporta, el importador suele requerir parámetros de calidad y pruebas que llevan no menos de 30 días. A eso se suma, además, el transporte por barco", agregó. Según contaron en una empresa, "hasta el momento todos los negocios de exportación se han detenido".

En este sector también están realizando gestiones ante funcionarios oficiales para lograr un cambio en la medida. "Pedimos que los plazos vuelvan a ser los anteriores a esta resolución", señaló una fuente.

Por lo pronto, la Argentina corre el riesgo de verse superada por sus competidores en este rubro. De hecho, el año pasado, por primera vez el país había logrado desplazar a Chile como primer exportador de semillas en contraestación.

Otro rubro que también está sintiendo el golpe de los nuevos plazos para liquidar es el negocio de los cultivos especiales. Es el caso del girasol confitero, que se destina para consumo humano directo.

También hay problemas para el maíz pisingallo, que se exporta para hacer pochoclo. La Argentina es el principal vendedor de pochoclos. Hay 70 exportadores y 3000 familias viviendo de esta actividad.

"Un contenedor nos demora al menos 30 días a México o a Medio Oriente, pero tenemos que liquidar a los 15 días. Esto te complica mucho, porque el cliente no te paga enseguida", expresaron en una empresa.