09/06/2014

Precios en baja continúan golpeando a productores

 Sesgo negativo se da en maíz y soja. Demora en comercialización por expectativas en el dólar y cosecha tardía. AMBITO FINANCIERO

Por: Dante Romano


El mercado de maíz y soja sigue operando con sesgo negativo. Los fundamentos han cambiado el foco desde una ecuación de oferta y demanda que se estrecha cada vez más para la cosecha vieja norteamericana, a las perspectivas del nuevo ciclo, que se presenta con un inicio de campaña muy promisorio.

Dentro de esta tendencia, la soja logró sostenerse mejor. Dos cuestiones explican esto. Los stocks de cosecha vieja de EE.UU. están en terreno demasiado bajo como para seguir cayendo, y dado que los compradores siguen presionando sobre ese mercado tratando de llevarse soja, los precios buscan desviar la demanda hacia Sudamérica. Y allí aparece el segundo condimento: en Sudamérica la soja está en poder de productores, que no tienen intenciones de vender.

La demora en la comercialización se debe a la inestabilidad cambiaria, pero también al atraso en la recolección. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires estima que a nivel nacional se lleva trillado un 80% de los lotes, con atraso de 17 puntos respecto del año pasado.

La caída de precios del maíz ha sido mayor, y les pega a los productores argentinos un fuerte golpe. El precio disponible pasó de trabajar en torno a los $ 1.500 a unos $ 1.350 la tonelada. Al mismo tiempo, hay un atraso importante en la recolección, que todavía está por debajo del 40%, demorada casi 28 puntos respecto del año pasado. Más allá de las lluvias que complicaron la trilla de maíces de primera, lo cierto es que un 60% de los cultivos se tuvieron que sembrar en forma tardía. Estos lotes se cosecharán entre julio y agosto, dependiendo de que tan rápido descienda la humedad de los granos, cuestión complicada en invierno. Se dice esto porque la cotización con descarga en julio/agosto es todavía más baja, está en torno a $ 1.200 la tonelada.

El punto que se viene sosteniendo es que si bien es cierto que los cultivos norteamericanos tuvieron un excelente inicio, habrá que ver qué ocurre de aquí en adelante. Por caso, un 76% del maíz de EE.UU. está en condiciones buenas a excelentes, 13 puntos mejor que el año pasado, pero la caída abrupta en calidad de éstos en la campaña anterior se produjo recién a partir de fines de junio. La soja, en tanto, se sembró rápido, se llevaba un 78% sembrado, 8 puntos adelantado respecto del promedio histórico, y las lluvias que van llegando, junto con temperaturas templadas, augura también un buen inicio.

Por otro lado, también es necesario ver qué pasa con la demanda. El año pasado, ésta superó holgadamente las previsiones del USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos). Es temprano para argumentar en contra de las proyecciones en este sentido, pero es un elemento a tener en cuenta.

El miércoles 11 se conocerán las nuevas proyecciones de oferta y demanda del USDA y se apunta a que los rindes suban algo más, por el buen inicio de la campaña.

En lo que hace al trigo, la mercadería de la zona del Mar Negro está fluyendo sin problemas, a pesar del conflicto entre Ucrania y Rusia. Esto abastece al mundo de trigo barato y hace que los valores en Chicago deban ajustarse. Localmente el precio del trigo viejo está más ligado al consumo interno, y el nuevo estaba bastante por debajo de la capacidad teórica de pago, con lo cual aprovechó ese colchón y se sigue manteniendo en la zona de los u$s 200 la tonelada. En lo productivo, la siembra de trigo también viene demorada por los excesos de humedad. Se estima que está cerca del 12% implantado, 7,5 puntos atrasado respecto al año pasado.



(*) Profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.