10/10/2012

Precios agrícolas: cuidado con el factor político

La demanda podría alcanzar un límite en el actual escenario. Entrevista a Daniel Miró de NOVITAS | REVISTA CREA

“Nuestra hipótesis de trabajo es que en esta campaña es necesario hacer un racionamiento tan grande de la demanda de granos que no se va a poder lograr sólo con la suba de los precios”.

Así lo indicó Daniel Miró, analista del mercado de granos y presidente de la consultora Nóvitas S. A., en referencia a un eventual factor político que podría introducirse en los próximos meses para ponerle paños fríos al mercado mundial de commodities agrícolas.

Miró: “Algún día, alguien puede reclamarle a la Argentina que, en una situación global de emergencia alimentaria, haya introducido restricciones económicas que impiden el crecimiento de la oferta de alimentos”.

“La magnitud del problema es muy grande, porque el mundo no estaba en condiciones de enfrentar un recorte de la oferta de estas características”, explicó Miró.

–Especialmente porque los commodities agrícolas en los últimos años también son un recurso energético…
–Actualmente, los granos no se usan sólo como alimento; también se emplean para elaborar biocombustibles. Y los EE.UU. tienen el mayor programa de biocombustibles del mundo. La cuestión es que la oferta de maíz que tendrán este año, a causa de la sequía, no podrá abastecer a todas las demandas: será necesario tomar una decisión política. EE. UU. tiene elecciones presidenciales en noviembre próximo. Estimo que hasta diciembre, nadie va a tomar ninguna decisión al respecto, porque sería políticamente sensible. Pero luego habrá que estar muy atentos. Es un error conceptual creer que el actual escenario va a durar para siempre, porque puede ser modificado por factores políticos. No podemos perder eso de vista.

–De todas maneras, el mercado da por descontado que la cosecha sudamericana 2012/13 será significativa y contribuirá a recomponer los stocks mundiales…
–Todo indica que América latina puede producir de 140 a 150 millones de toneladas de soja en la presente campaña; si eso efectivamente ocurre, le pondrá paños fríos al mercado. El problema es que hasta el momento nos encontramos solamente con factores alcistas.

–¿Por qué se refiere a los factores alcistas como un problema?
–Para los países exportadores de commodities agrícolas se trata, por cierto, de una buena noticia. Pero no hay que olvidar que estamos hablando de alimentos, y que son muchos los países que dependen de las importaciones para alimentar a su población. Nuevamente vamos a escuchar, cada vez más, algunas voces pidiendo que se introduzcan regulaciones al mercado de alimentos, porque al subir los precios internacionales, decenas de millones de personas comienzan a padecer hambre. La cuestión es que la situación económica de los principales países del hemisferio norte no es la mejor; por lo tanto, ya no están tan enfocados en realizar ayudas humanitarias a las regiones donde el problema del hambre es crítico. Este es el contexto en el cual un país como la Argentina puede ser beneficiado.

–La Argentina está en el G-20 solamente porque es un gran productor de alimentos…
–Algunos estiman que el hecho de contar con recursos abundantes no implica ninguna responsabilidad. Pero yo estimo que el mundo, en algún momento, nos va a reclamar que hagamos un uso responsable de los recursos que tenemos a disposición.

–El mercado energético, por ejemplo, está colmado de restricciones políticas: los precios no se rigen únicamente por la ley de la oferta y la demanda.
–Es correcto. Además, tenemos que comprender que, eventualmente, las autoridades chinas pueden llegar a considerar que haberse vuelto dependientes de las importaciones de granos de EE.U., Brasil y la Argentina no fue una buena decisión, porque EE.UU. le pasó la posta de la oferta de soja a Sudamérica, pero las políticas presentes tanto en Brasil como en la Argentina no garantizan una oferta sostenible.

–¿Por qué? ¿Acaso las políticas implementadas por el gobierno argentino no terminaron por favorecer la producción de soja en desmedro de otros cultivos?
–Si aquí hubiese una política proexportadora, no se aplicarían derechos de exportación. En el caso de Brasil, se están implementando normativas que restringen de manera notable la producción agrícola en el norte del país por regulaciones ambientales.

–Insisto: en la Argentina todo terminó favoreciendo a la soja…
–Eso es real. En soja sucede que la situación, en términos de comercio exterior, es más cercana a lo que debería ser, pero de ninguna manera es como debería ser, dado que la Constitución Nacional establece la libertad de comercio. En los hechos, el mercado local de soja está restringido por muchas regulaciones, tales como la necesidad de pagar retenciones por adelantado para tener un plazo de embarque razonable (ROE de 180 días), la intervención del mercado de biodiésel o la imposibilidad de importar soja de países limítrofes, que, según se anunció recientemente, sería restituida, aunque con limitaciones; todo eso sin mencionar eventuales cambios impositivos que podrían llegar a aparecer en caso de que el Gobierno tenga necesidades fiscales. Pero lo más grave es que el desdoblamiento cambiario y la imposibilidad de girar utilidades al exterior son un impedimento para invertir en la Argentina (ver recuadro). Algún día, alguien puede llegar a reclamarle a nuestro país que, en una situación global de emergencia alimentaria, haya introducido restricciones económicas que impiden el crecimiento de la oferta de alimentos.

Riesgos políticos
–Pero el mundo tiene actualmente cuestiones más importantes de las que preocuparse; por ejemplo, lo que está ocurriendo en Siria…
–Hoy sí, pero en algún momento puede llegar a instalarse en la agenda mundial la cuestión del uso responsable de los recursos necesarios para producir alimentos. Recordemos que, para China, una potencia en camino, el tema de la seguridad alimentaria es una cuestión central.

–El mensaje sería entonces advertir que, si bien hoy el mercado de commodities agrícolas está impulsado principalmente por las fuerzas del mercado, el día de mañana podrían aparecer variables de índole política que generarían un impacto en los precios…
–Exacto. Al observar las alzas enormes de los precios de los granos, tenemos que pensar que muchas empresas, sectores y países comienzan a tener problemas que, en algunos casos, son importantes, mientras que en otros son críticos. Y esa situación no puede durar para siempre, porque si los precios siguen elevados durante un tiempo prolongado, el ámbito político va a intervenir para proteger a los sectores damnificados, que son muchos, porque los granos son un recurso estratégico en un mundo con una población de alrededor de 7000 millones de personas que, según las actuales perspectivas, se encamina a tener 9000 millones en 2050.

–Uno de los sectores comprometidos es, justamente, el del etanol en EE. UU.
–Con el drama del maíz, EE. UU. va a tener que limitar los consumos obligatorios para la producción de etanol. También va a caer la oferta de subproductos forrajeros generados por la industria del etanol, y eso seguramente va a provocar una importante liquidación de hacienda. Cuando ese proceso de liquidación termine, la carne vacuna podría llegar a ser un producto suntuario en el mundo.