22/05/2018

Precio local de la soja en baja ante problemas de calidad

En Chicago repuntaron los valores porque se calmó el conflicto entre EE.UU. y China. En la Argentina los descuentos están a la orden del día porque la oleaginosa presenta problemas de humedad. ÁMBITO

DANTE ROMANO
Profesor e investigador (*)

Los factores que influyeron fuerte la semana pasada sobre el precio de los granos locales no fueron tanto los internacionales, donde los valores están más bien lateralizados, sino los locales. Se retomaron las labores de cosecha y se confirmaron los temores de que tras 20 días de lluvia y altas temperaturas la soja por trillar tuviera daños. Además, la cercanía de fijaciones complicó mucho no sólo al precio de los granos físicos, sino también en el Mercado a Término.

Repasando como venimos trabajando, el mercado ya digirió que la cosecha sudamericana está golpeada, con un problema muy serio en Argentina compensado en parte por Brasil. En este sentido, cuando se retomó la trilla, se hizo evidente el daño sobre los lotes que estaban todavía en pie (se llevaba un 60% trillado). De la mano de esto la Bolsa de Cereales de Buenos Aires recortó 2 millones de toneladas la proyección de producción, que queda así en 36 millones de toneladas. Pero además de esto existe un daño físico sobre los granos: muchos porotos brotaron, y otros fueron atacados por hongos ante el exceso de humedad y el calor. El estándar de soja establece que a partir de 5% de este tipo de granos, el descuento a aplicar es de 1% por cada punto de daño. Así las cosas si un productor entrega con 50% de granos dañados, le correspondería una quita de precio de 45%. Esto generó un gran parate en ventas, y negociaciones con los distintos puertos para buscar descuentos más razonables. Es importante tener presente que si un productor venía ya cosechando con 30% de caída en rendimientos, y ahora sobre lo que entrega sufre este tipo de descuentos, el impacto económico se dispara. Por esto el problema no sólo es menos cantidad.

De todas formas, la baja adicional de producción local y los problemas productivos no tuvieron trascendencia a nivel internacional. El mercado está más enfocado en el conflicto entre China y EE.UU., y en las perspectivas para la cosecha nueva. En tanto la siembra de soja norteamericana sigue a buen ritmo y no se ven problemas.

Pero otro factor local está aquejando al mercado. Muchos productores realizaron convenios donde entregaron su soja con precio "a fijar". Esto les permite cosechar y solucionar el problema de donde ubicar el gano. Pero el problema es el plazo que se les otorga para fijar precio. En esta campaña los plazos otorgados en muchos casos fueron cortos. Al 31 de mayo hay una cantidad importante de fijaciones, y la obligación de ponerle precio a esta mercadería está actuando en contra de los precios. Los valores del Mercado a Término habían quedado hasta aquí por fuera de esto, pero como la pizarra recoge parte de estos valores en su composición, vivimos una "debacle" de precios por ventas de manos fuertes en ese mercado.

En resumidas cuentas, quienes puedan esperar para vender tienen una muy buena razón por postergar sus negocios hasta que las fijaciones terminen. El problema es que esto no concluye el 31 de mayo, ya que hay gran cantidad de contratos que vencen a fin de junio.

Por el lado del maíz, tuvimos pocas novedades. En Argentina la cosecha sigue frenada ya que es poco lo que resta de primera siembra, y la de maíz tardío todavía no está en condiciones. De estarlo incluso, con lo sensible que está la soja a las lluvias y el viento, se le genera prioridad a la oleaginosa.

En el mientras tanto, los compradores están con buques que completar y esto da firmeza a los precios del disponible. Pero la firmeza podría ser aún mayor cuando se cosechen los lotes de segunda y los rindes no sean los esperados, cuando se sepa a ciencia cierta cuánto rendirá la safrinhia en Brasil, y sobre todo si hay un evento climático adverso en EE.UU., cosa que hoy no se puede afirmar ni negar, pero en la experiencia de otros años siempre genera volatilidad con el sólo pronóstico de clima seco.

En tanto la siembra de maíz que había arrancado muy atrasada avanzó muy fuertemente. En sólo 15 días se sembró casi la mitad del área de maíz en EE.UU. Esto es una nueva muestra de la capacidad de trabajo del productor norteamericano.

Por el lado del trigo, luego de que nos alejáramos de los u$s200 la tonelada para el trigo de cosecha nueva argentina, ante la perspectiva de una producción que alcance los 20 millones de toneladas empezamos a notar un mercado nuevamente con cierta firmeza. Esto se debió a algunos factores externos.

En primer lugar, algo que sorprendió en el reporte del USDA fue que aún con una baja calidad de trigo de invierno en EE.UU., y la siembra atrasada para variedades de primavera, el organismo estatal apuntara a mayor producción. Esta duda inspiró subas de precio en Chicago.

Por otro lado, se está siguiendo con atención el clima en Australia, donde la seca que inició el año pasado persiste. Veremos si esto vuelve a afectar la producción, aunque es algo temprano para aseverarlo.

(*) Del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.