15/01/2019

Pocas ventas de soja futura: presión para los precios a cosecha

El productor puede acotar el riesgo de precios si vende a futuro al menos 30 por ciento de su cosecha.  AGROVOZ

Pablo Adreani

Tres son los factores que dominan hoy el teatro de operaciones del mercado de granos: el conflicto comercial entre China y Estados Unidos, el impacto de la sequía en Brasil y las excesivas lluvias en la Argentina.
Dentro de estos aspectos, las perspectivas climáticas son, sin lugar a dudas, lo más incierto. La disputa entre el presidente estadounidense Donald Trump y su par chino, Xi Jinping, más temprano que tarde se va a solucionar: el tema fundamental es que aún es temprano para China, pero ya es tarde para Estados Unidos.
Los chinos se pueden tomar su tiempo, siguiendo con su filosofía milenaria, y acercar posiciones con los americanos recién en seis meses. Y ahí es cuando puede terminar la cosecha de soja en Brasil y en Argentina y el conflicto siga sin resolverse.
Mientras tanto, el clima continuará siendo el principal factor con impacto directo sobre los precios, para bien o para mal. Hoy, por factores climáticos, la cosecha de soja en Brasil está visiblemente atrasada: la falta de humedad impidió el avance de las siembras en septiembre.
A la par, las últimas y excesivas lluvias en Mato Grosso y los estados del sur de Brasil están frenando la cosecha por falta de piso. Según el Instituto de Investigación Agrícola del Estado de Mato Grosso (Imea), a fines de la semana pasada la cosecha de soja en esa región –primera productora de Brasil– llegaba al 3,3 por ciento, muy por debajo del 11,5 por ciento a igual fecha de 2018.
En términos globales, la zafra de Brasil tiene un retraso significativo y, por este motivo, a fines de enero estarán disponibles en el mercado solo 6,5 millones de toneladas. A igual momento de la campaña anterior, eran 11,4 millones.
Este ajuste en la oferta de soja brasileña impactará en el mercado internacional. De esta forma, la ventana de oferta de soja americana, en especial pensando en el abastecimiento a China, se podría ampliar hasta mediados de febrero. Y siempre que el clima –léase excesivas lluvias– no continúe atrasando la cosecha en Brasil.
En Argentina
En el plano local, las excesivas lluvias de noviembre y diciembre provocaron pérdidas en la superficie de soja; en muchos casos, hubo que resembrar. Algunos productores que no pudieron hacerlo, optaron por implantar maíces tardíos, cuya ventana de siembra se puede extender hasta el 20 de enero.
Se puede suponer, entonces, que la cosecha de soja se verá reducida con respecto a las estimaciones iniciales y este puede ser un factor que sostenga el precio, tanto del poroto disponible como de la futura cosecha. Sin embargo, no es el único factor que influye en el mercado. Deberíamos agregar, como fundamentos exógenos, las distintas percepciones entre los operadores.
Mientras, el productor sigue sin vender soja futura. Las cifras oficiales al 2 de enero muestran que entre exportadores y aceiteras las compras acumuladas de soja de la nueva cosecha apenas llegan a 1,6 millones de toneladas, de un volumen total de producción estimado de 57 millones. Es decir, los productores han vendido menos del tres por ciento de manera anticipada.
Este es el principal fantasma bajista para los precios de la soja al momento de la cosecha, a menos que el clima provoque daños irreversibles por exceso de lluvias o una inesperada sequía durante febrero.
El productor tiene que saber que el destino de su cosecha no está en sus manos, pero sí lo puede estar el acotar el riesgo de precios, vendiendo a futuro por lo menos el 30 por ciento de su producción esperada.