09/01/2012

Momento para afinar el lápiz

 La sequía invita a diseñar otra estrategia comercial. Por Enrique Erize | Para LA NACION

La plaza internacional de referencia para los granos, es decir, el Mercado de Chicago, ha venido evolucionando desde hace un par de semanas con menor influencia de los llamados "factores externos". Estos parecieran haberse calmado como consecuencia de la difusión de indicadores macroeconómicos positivos vinculados con las economías de los Estados Unidos y de China. Estos se sumaron a la inyección de liquidez sin precedente por parte del Banco Central Europeo. Así es que el mercado de granos pudo enfocarse en sus propios fundamentos.

Y el centro de la cuestión en este momento es, sin lugar a dudas, el fenómeno climático La Niña y sus derivaciones sobre la cosecha gruesa de América del Sur, pero fundamentalmente de la Argentina. Buena parte de la pampa húmeda lleva 40 días con ínfimos o casi nulos registros pluviométricos, situación sobre la que no existen antecedentes en varias décadas. Como consecuencia de estas circunstancias, las cotizaciones locales e internacionales experimentaron una importante recuperación desde mediados de diciembre.

Sin embargo, hacia fines de esta semana se conocieron pronósticos que anticipan el ingreso de un sistema frontal que traería aparejadas lluvias superiores a los 50 milímetros a principios de la próxima semana sobre casi toda la región pampeana. Es importante reconocer que, de materializarse esos pronósticos, sus efectos sobre la plaza maicera y sojera resultarían muy diferentes.

En nuestra opinión, la cosecha argentina del forrajero ya verifica pérdidas irreversibles de entre 5 y 7 millones de toneladas sobre los potenciales 28 a 30 millones de toneladas. En el caso de la oleaginosa, en cambio, los tiempos son diferentes. Una regularización de las lluvias posibilitaría la finalización de las siembras de los cultivos de segunda y estabilizaría el potencial de rendimientos de lo ya implantado.

En el caso particular del maíz, las pérdidas productivas mencionadas han derivado en una fuerte retracción de la oferta y en un interesante recorte en los descuentos que se aplicaban entre los valores abonados por los exportadores y el FAS teórico.

Esto debería ser manejado con mucha prudencia porque el riesgo de que la autoridad política intente manipular los precios internos del maíz es una posibilidad que no debe ser minimizada.

Quienes no quieran asumir el compromiso físico de una venta "forward" deberían evaluar la posibilidad de instrumentar coberturas flexibles a través de la compra de puts en los mercados locales. Hay que tener en cuenta que así se pueden asegurar pisos en valores que semanas atrás eran considerados objetivos por alcanzar.

Por el lado de la soja, podría afirmarse que estamos frente a una nueva oportunidad de asegurar precios mínimos muy interesantes si finalmente se regulariza el régimen de precipitaciones.

Mejoras para el trigo

Por último, las muy interesantes mejoras que ya han comenzado a verificarse en la plaza triguera local están claramente asociadas al muy buen ritmo de las colocaciones externas fuera del Mercosur.

Si tenemos en cuenta que se estima que sólo hay 3 millones de toneladas de trigo de excedente en el balance sudamericano, esto debería traducirse en perspectivas muy atractivas en materia de precios FOB a medida que avancemos en el calendario.

Como siempre, la materialización de estas expectativas en las cotizaciones recibidas por el productor dependerá de la voluntad de la autoridad política.

El autor es vicepresidente de Nóvitas SA.