19/07/2021

Mercados: El clima en Norteamérica siembra interrogantes, el contexto local también

Las altas temperaturas y escasez hídrica en el hemisferio norte pueden achicar aun más los stocks de granos y aumentar la presión sobre los precios. CLARÍN

Muy buenos días, acabamos de superar la primera mitad de Julio y nos encontramos en medio del ciclo de cultivos de cosecha gruesa en Estados Unidos. Vale recordar que llevamos largas semanas de temperaturas bien por encima de lo normal para el verano, por aquellas latitudes a partir de lo cual se empiezan a ver algunos de los efectos esperables sobre los cultivos agrícolas en pie. Yendo de Norte a Sur, diremos que Canadá atraviesa uno de los más duros veranos de su historia, sólo a modo de ejemplo recordemos que allá por el 30 de junio se reportaban sólo en la ciudad de Vancouver 134 muertos. En muchas ciudades del norte de Estados Unidos y sur de Canadá se registraron temperaturas superiores a los 50 ° C.
Lógicamente los cultivos en pie se encuentran sufriendo esta situación y las pruebas se empiezan a ver en los reportes de estados de cultivos. Al lunes de la semana anterior los trigos de primavera, cultivos que se siembran en el norte del territorio norteamericano mostraron sólo un 16% en estado “Bueno + Excelente” mientras que era 68% el mismo dato a igual fecha del año pasado. La misma categorización de cultivos se reportó en un 65% para Maíz contra 69% a igual fecha del año anterior, es decir una condición 4 puntos porcentuales inferior; mientras que en Soja se reportó un 59% de la superficie en estado “Bueno+Excelente” contra 68% a igual fecha en 2020. En simple conclusión debemos decir que tanto el Maíz como la Soja y muy particularmente el Trigo de primavera se encuentran en mal estado; o al menos muy lejos del óptimo.
Ahora bien, separando los países involucrados arranquemos por Canadá; país al que no muchas veces se le presta la debida atención en el mercado agrícola mundial, pero tiene mucha importancia en la provisión de Trigo y Colza al mundo. En el caso del cereal ocupa el tercer lugar en el podio de exportadores del mundo, detrás de Rusia y Estados Unidos, mientras que por el lado de la crucífera es el absoluto protagonista de las exportaciones del planeta, aportando más de la mitad del total exportado en el mundo. Por este motivo es que no pasa desapercibido en nuestro mundo de los granos lo que está sucediendo en Canadá, con el especial interrogante sobre cuál será finalmente la producción total de Colza de este año. No olviden que, en el mundo de los Aceites, si bien está claro que hay diferentes destinos de utilización, diferentes países demandantes y diversas calidades y precios, en consecuencia, como sucede con el de colza, el aceite de soja y el de Palma, estos son los tres más grandes en volumen total producido. Y lógicamente una reducción importante en la producción del principal proveedor al mundo de uno de ellos sin dudas podría influir sobre el precio del más cercano sustituto. Es decir, si hablamos de una reducción relevante de la producción de aceite de colza, influiría directamente sobre el precio del aceite de soja.
Por el lado de Estados Unidos, es más conocido y mediático lo que está sucediendo, aunque no menos importante. Hemos hablado de los Trigos de primavera en muy mal estado, pero la situación del Maíz y la Soja comienza a sembrar interrogantes de proporciones. Y no necesariamente por 5 o 10 puntos menos de estado “Bueno+Excelente”, pues la historia nos enseña que no hay estricta correlación positiva entre estos reportes semanales y el rendimiento final, pero Si es sabido e inobjetable que el estado de humedad del suelo en el norte del cinturón agrícola norteamericano está muy lejos de ser el óptimo. Muy particularmente, Minnesota y Iowa muestran situaciones complicadísimas de escasez de humedad, al igual que el oeste y sur de Wisconsin mientras los cultivos de Maíz avanzan en su estado de floración. Al lunes pasado un 26% del área del forrajero se encontraba atravesando dicho estado fenológico.
Esta situación no sería necesariamente relevante en un año como los últimos, pero sucede que el crecimiento de la demanda de exportación de Estados Unidos, tanto de soja como de Maíz durante el año 2020 generó una relevante reducción de stocks finales estimados para el presente año comercial que concluye el 31 de agosto de 2021 con la lógica reducción en los stocks iniciales de la campaña 21/22 en aquel país. La consecuencia de todo esto es algo que venimos comentando y describiendo hace tiempo, pero que se empieza a tornar más cercano y empírico. Estados Unidos necesita una campaña agronómicamente perfecta para no quedarse sin existencias y aquí radica la preocupación sobre la condición climática descripta al comienzo. Al menos hasta el momento, las condiciones agronómicas y productivas lejos están de ser perfectas y para el Maíz, el tren comienza a irse de la estación. Por el lado de la oleaginosa, aún restan varias semanas para llegar al momento crítico. Pero en ambos casos los rendimientos estimados hasta el momento por el USDA son de los más altos de la historia y empiezan a verse optimistas por demás.
Yendo a la gestión
Es claro que lo descripto nos invita a ser optimistas en términos de precios, en tanto y en cuanto la recuperación de la actividad económica y la demanda se mantengan y no aparezca ningún cisne negro desde la Reserva Federal o la Administración Biden, pero una vez más queremos invitarlos a seguir capturando márgenes de alguno de los modos posibles sobre la campaña 20-21. En este sentido queremos hacer especial y, renovado hincapié sobre el Maíz local, que se ha recolectado hasta el momento en un 62,40% de la superficie con una combinación de rindes y precios pocas veces vista.
Pero ustedes saben que, en cualquier momento la administración central “nos apaga la luz”. Con esto nos referimos al potencial y latente, aunque incierto, cierre de exportaciones de Maíz 20-21, que ya se intentó en enero de este año. Hemos comentado en estas líneas, semanas atrás que el “número mágico” sería 33 millones de toneladas exportadas de Maíz este año, calculado esto a partir de una producción esperada de 48 millones de toneladas y un consumo total local de 15; consumo que este tipo de administraciones buscan defender, muy particularmente en medio de un año electoral y con las complicaciones del actual.
En este sentido es clave observar que al 7 de julio, último dato reportado por el Ministerio de Agroindustria, las compras de la exportación ascienden a 31,07 millones de toneladas y las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior a 30,40. No estamos tan lejos de aquel “número mágico” que anda dando vueltas, motivo por el cual desde este lugar sugerimos más que nunca actuar. Y más aún, en un momento donde todas las posiciones futuras para la campaña actual muestras cotizaciones superiores a los U$D 200/tn. Por qué no vender forward para los meses venideros del segundo semestre buscando tapar los pozos restantes del flujo de fondos, así como terminar de cerrar las compras de insumos 21-22, sin sobrecargar de deuda la cosecha que viene.
Los precios están allí, los resultados capturables también, y si no quisiéramos vender, comprar PUTs diciembre 21 para “asegurar el buen dormir” sería lo mínimo indispensable. Nunca olviden que en abril 2020 el maíz disponible valía U$D 114/tn.
No permitamos que los resultados se escurran entre los dedos y mañana añorar lo que tuvimos ayer y no tomamos.
¡Buena semana!