23/05/2022

Mercados Derechos de exportación para desacoplar: una verosímil y eterna falacia

En el mediano plazo, las retenciones solo terminan desincentivando la inversión y en consecuencia el crecimiento de la producción. CLARÍN RURAL

Muy buenos días, hoy nos tomaremos unas líneas para explicar el remanido concepto del “DESACOPLE” de los precios internacionales que, según palabras del presidente de la nación, se lograría con incrementos de Derechos de Exportación. Desde este lugar siempre procuramos hacer análisis objetivos liberados de cualquier opinión personal ni profesional pero este concepto ha calado muy hondo en argentinos de bien y muchas veces intelectualmente muy capaces y formados y no podemos dejar de aclararlo pues es algo percibido como justo y lógico de buscar, pero claramente no se logra con más impuestos.
“Desacople” implica despegarse de las variaciones de los precios internacionales, lo cual no tiene nada que ver con incrementar una alícuota de Derechos de Exportación. Los “Derechos de Exportación”, impuestos cobrados en muy pocos países del mundo y una traba explícita al crecimiento genuino del ingreso de divisas del país que los cobra, se constituyen del resultado de multiplicar la alícuota correspondiente, 12,00% en Trigo, por ejemplo, por el Precio FOB (Free On Board = Grano arriba del barco en puerto de origen) Oficial, que publica el Ministerio de Agroindustria todos los días, independientemente del Precio Fob Real de la venta puntual del exportador a algún importador del mundo.
A modo de ejemplo, el FOB Oficial de Trigo diciembre 22 del viernes pasado fue U$D 418,00/tn, motivo por el cual cualquier exportación de trigo de campaña nueva declarada ese día constituyó el pago, de contado, por cierto, de U$D 50,16/tonelada de Derechos de Exportación. Si restamos unos U$D 12,00/ de gastos extra del exportador y su margen, resultaría en una Capacidad Teórica de Pago al Productor de Trigo diciembre 22 de U$D 356,00/tn el viernes pasado. Ahora bien, supongamos que la alícuota sube al 15,00% y el precio FOB Oficial sube U$D 50,00/tn. Ahora la recaudación del estado nacional por la nueva alícuota resultaría de multiplicar U$D 468,00/tn x 15,00%, es decir U$D70,20/tn y la Capacidad Teórica de Pago del Exportador por el trigo al productor ascendería a U$D 386,00/tn, es decir que el precio del trigo a nivel local subiría U$D 30,00/tn a pesar de haber incrementado en 3 puntos porcentuales el Derecho de Exportación.
En conclusión, el incremento de Derechos de Exportación No desacopla el precio local de trigo de la variación de los precios internacionales, sólo incrementa la recaudación y reduce el precio recibido por el productor, en consecuencia de lo cual, resta incentivos para invertir, y crecer en superficie, en producción y en exportaciones. Vale recordar también, algo por muchos conocido, la participación del precio del trigo dentro del valor final de un kilo de pan es del 10,00% al 12,00%, con lo cual es aún menos relevante en la supuesta lucha contra la suba de precios. Quizás esto sea obvio para cualquiera de ustedes, pero a veces se torna imprescindible volver a explicar esto porque hay frases muchas veces verosímiles que están completamente alejadas de la verdad irrefutable de las matemáticas.
Claro que, si analizamos más a fondo esta eterna, aburrida y saturante cuestión, al final de la historia, estos interminables cambios o intenciones de cambios en las condiciones de una determinada actividad económica restan incentivos para realizarla. Mientras los países del mundo normal buscan la manera de exportar más de los bienes y servicios que producen con eficiencia y aprovechan las subas de los precios internacionales a través del consecuente incremento en la entrada de divisas aquí se discute exactamente lo contrario. Si realmente se buscara favorecer al consumidor final de determinados productos básicos, podría quitarse el IVA o el Impuesto a los Ingresos Brutos, lo cual tendría impacto directo y numéricamente mucho más relevante que lo antedicho sobre el bolsillo del comprador.
En los países normales se busca simplemente incrementar la oferta del producto cuyo precio se desea reducir y esto se logra mediante incentivos concretos que fomenten el crecimiento de la producción o sencillamente importando más cantidades. Esta es la única manera genuina probada y duradera de reducir los precios, sin entrar claro, en reducciones impositivas. Hay infinidad de ejemplos de esto, algunos de ellos y quizás el más reciente es el incremento de la importación de Maíz en China o en el propio Brasil, este último un gran exportador del cereal también. Pero a nadie en su sano juicio se le ocurre introducir ni mucho menos elevar aquello llamado ”Derecho de Exportación”, concepto que en el mediano plazo sólo logra lo contrario al efecto buscado, pues termina desincentivando la inversión y en consecuencia el crecimiento de la producción, las exportaciones y el ingreso de divisas. Divisas que en nuestro querido país se necesitan como el agua en el desierto. El único ganador explícito de este juego y en el corto plazo, es el estado que lo recauda.
Indonesia
En sintonía con lo que venimos contando, pero con una dinámica mayor que la local, otro de los pocos países del planeta que viene actuando de manera similar al nuestro es Indonesia, principal exportador de aceite de palma del mundo. Recuerden que este aceite es el de mayor volumen del planeta y el de menor precio a la vez, consumido en enormes volúmenes por países de bajo poder adquisitivo, como Pakistán, Bangladesh o la India, aunque China y Europa lo consumen también en enormes cantidades. Este país desde enero de este año viene atravesando marchas y contramarchas, al igual que en la Argentina de los últimos 15 años con el objeto de reducir los precios locales del aceite de palma sin demasiados resultados.
A principios de este año, cerraron sus exportaciones del aceite en cuestión, a principios de marzo las abrieron, pero introdujeron “Derechos de Exportación Móviles”, a principios de abril volvieron a cerrar sus ventas al exterior y la semana pasada abrieron finalmente pero ahora introduciendo los llamados “DMO” (Domestic Market Obligation), en criollo, un volumen que los exportadores deben asegurar para el consumo local para luego exportar libremente el excedente. En cualquier caso y más allá de los resultados inexistentes respecto del objeto buscado, es algo que debemos observar de cerca pues uno de los dos productos estrella de nuestra exportación nacional es el aceite de soja, inmediato sustituto del de palma por volumen y precio. Así es que, toda vez que Indonesia cerró sus exportaciones, el aceite de palma elevó su cotización internacional y con enorme correlación positiva el aceite de soja acompañó el sentido de su variación. En definitiva, desde el viernes pasado, se abrieron nuevamente las exportaciones en Indonesia, lo cual tiene incidencia negativa sobre el aceite de palma y el de soja en consecuencia.
Yendo a la gestión
Mientras somos testigos del descalabro macroeconómico mundial, con los bancos centrales de los principales países del mundo discutiendo de qué manera y a qué ritmo se subirán las tasas de interés de referencia con el objeto de reducir las inflaciones globales, generadas principalmente por la fenomenal emisión monetaria de 2020 y 2021 en simultáneo con la ruptura de la cadena de suministros, lo cual redujo la oferta de muchos productos, procurando a la vez no enfriar en exceso la actividad económica. En nuestro país discutimos la manera en que convergen los Precios Cuidados con el resto de los precios de la góndola, ahora con el secretario Feletti pasando a la órbita de la cartera de economía con un nuevo teórico plan llamado “Precios en la Mira”.
En fin, en este contexto de incertidumbre profunda, donde se lee además desde Rusia que estaría por ser internado Vladimir Putin por lo avanzado de sus enfermedades y al mismo tiempo sigue habiendo fundamentos de oferta y demanda alcistas en el mundo, es que no podemos dejar de cubrir los precios de nuestros granos disponibles y futuros con la premisa de siempre pero más que nunca, “Mantener Posiciones Defensivas pero Flexibles” que nos permitieran quedar a resguardo de posibles bajas en las excelentes cotizaciones aún presentes, pero con el derecho de capturar potenciales subas.
Las fuerzas contrapuestas del mundo financiero y el fundamento están arriba del ring peleando con más fuerza que nunca…y con resultado desconocido. ¡Manos a la obra!