09/04/2018

Mercado de granos expectante ante guerra comercial

Chicago sigue de cerca el conflicto entre Estados Unidos y China. Mientras tanto, los precios locales fueron en aumento de la mano de los recortes productivos y las noticias internacionales. ÁMBITO

DANTE ROMANO
Profesor e investigador (*)

Veníamos de un mercado nada sencillo de analizar. Los fondos especulativos habían llevado el precio muy arriba con las proyecciones de pérdidas productivas de Argentina, y justo cuando empezaban a tomar ganancias, el USDA sorprendió con un reporte de área menor que el esperado para maíz y soja en Norteamérica. Ya resultaba complicado balancear todo esto, pero se sumó una gran confusión por la guerra comercial declarada entre China y EE.UU.

Comenzando por la novedad, el problema entre estos países es que el déficit comercial de EE.UU. con China crece descontroladamente, por lo que Estados Unidos anunció un incremento de aranceles a la importación. Se especulaba con que la respuesta de China sería primero más diplomática y luego que impusieran aranceles a productos norteamericanos, pero dejando afuera a la soja. Sin embargo, esta semana finalmente China anunció un incremento de 25% incluyendo a la oleaginosa.

Con una necesidad de compra de 100 millones de toneladas que representa 65% del comercio mundial de soja, China no puede darse el lujo de prescindir completamente de EE.UU. Pero aun cuando lo hiciera, el costo no sería significativo. Para China las importaciones de productos vegetales representan sólo 4% del total. De todos modos, lo más probable es que China intente no comprar soja norteamericana. Para ello debería reemplazar 30 millones de toneladas de soja desde Sudamérica. El problema es que aún desplazando a todos los otros compradores sólo lograría reemplazar la mitad de eso. La otra opción es comprar aceite y harina, que también generaría un descalabro en el mercado. En ese caso necesitaría el equivalente a un tercio de las exportaciones mundiales de harina y la mitad de las de aceite. Lo más probable es que se dé un mix de estos posibles caminos. El efecto sobre el mercado es que el precio relativo entre la soja Sudamericana y la de EE.UU. cambiará a favor de nuestra región. Por eso esta semana los precios locales subieron por encima de Chicago.

En cuanto a la producción local, la semana pasada la Bolsa de Cereales de Buenos Aires anunció un nuevo recorte productivo pasando de 39,5 a 38 millones de toneladas la producción. La semana próxima el USDA publicará sus números y se espera un recorte fuerte de producción. Pero lo más probable es que esto ya esté descontado en precios.

Mientras tanto, está latente la posibilidad de que ante el dato de stocks mayor que el esperado al 1 de marzo reportado la semana pasada, se revisen las existencias finales norteamericanas de maíz y soja a la suba.

En el mercado local avanza la trilla de maíz y soja. Al ser una campaña diezmada por la seca en cuanto a rendimientos, el avance es rápido, pero el tonelaje entregado bajo. Por ello no se ha sentido la presión de cupos habitual en esta época del año.

En cuanto al trigo, tenemos dos historias: la de EE.UU. y la de Argentina. Por el lado de EE.UU., a los problemas del trigo de invierno, que salió de la hibernación en condiciones muy pobres, se le suma ahora que el clima frío generó suelos congelados en el norte de las planicies, donde debería estar sembrándose trigo primavera.

Por el lado de Argentina, mientras el disponible sigue caliente porque Brasil se ve en la necesidad de expulsar a otros compradores del mercado, cada vez se mira con más atención la campaña nueva. Los precios son muy interesantes, y además hay que tener presente que tras una cosecha gruesa pobre, contar con el oxígeno financiero y económico del trigo en noviembre/diciembre será importante. El problema es la humedad. Los suelos llegan casi sin reservas. En ese sentido, las lluvias comenzaron, por lo que la posibilidad de que el área aumente se incrementa. Sin embargo, muchos querrán evitar el escenario de este año: muy buen trigo, pero al dejar pocas reservas para la soja de segunda, en el caso de una seca, el rinde para la oleaginosa tiende a cero.

(*) Del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.