02/06/2014

Mejora en siembra de EE.UU. y avance de trilla local presionan los precio

AMBITO FINANCIERO
Por: Dante Romano

La semana pasada se notó cierta debilidad en el mercado de granos. En el frente internacional, esto se debió a que la campaña de maíz y soja en EE.UU. parece encaminada a lograr buen rinde. Sin embargo, los valores se sostienen, especialmente para las cotizaciones con entrega cercana, ya que la demanda sigue firme. En lo que hace al trigo, en el ámbito internacional la oferta de EE.UU. está algo cara respecto de la europea y, con mercadería fluyendo sin problemas desde Rusia y Ucrania, los valores descienden.

Localmente, las lluvias que veníamos acumulando desde inicios de mayo se cortaron y dieron una ventana de clima seco que permitió no sólo trillar maíz y soja, sino poder transitar por los caminos rurales y enviar mercadería a los puertos. Esto hizo que los premios que se pagaban por mercadería inmediata bajaran. De todas formas, los valores de soja siguen siendo interesantes, en la zona de los $ 2.620 la tonelada. Los de maíz disponible, en tanto, cayeron de los $ 1.500 la tonelada a unos $ 1.380 la tonelada, pero siguen con sobreprecio sobre julio, donde con un valor por debajo de los u$s 160 la tonelada no resultan tentadores.

Pensando en la tendencia de aquí en adelante, primará la volatilidad, con posibles bajas en el corto plazo, pero con chances de mejora luego. Los productores deberán ir asimilando este movimiento, vendiendo cuando los precios están altos como ahora y esperando si se dan descensos bruscos.

La siembra de maíz y soja en EE.UU. se inició lenta, pero se ha normalizado. Para los próximos días esperan lluvias y temperaturas por encima de lo normal, lo cual garantiza un desarrollo inicial de los cultivos bueno. Con esto en mente, los rindes que el USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos) proyectó para la campaña nueva norteamericana son alcanzables, aun cuando puedan tildarse de "muy elevados". Sin embargo, el período crítico es julio/agosto, y todo puede pasar.

Un pequeño traspié climático o un buen desempeño de la demanda podrían hacer caer los stocks esperados y generar mejoras de precio más adelante. En soja las veríamos, en maíz sería más difícil por la mayor oferta disponible en el mundo para julio/agosto en adelante, cuando se podrá trillar el maíz tardío.

En cuanto al nivel de venta de productores, la intención en general es retener. Los costos que deberán afrontar a lo largo del año están en dólares, al igual que los granos, pero las ventas, una vez hechas, se cobran en pesos. Sin embargo, se vienen los vencimientos de tarjetas rurales y el costo de "patear" el pago para más adelante es alto. Por esto, y junto con precios que a pesar de haber bajado no son malos, las ventas deberán reactivarse.

Frente a esto, el acuerdo con el Club de París genera alguna duda. Si ingresaran divisas frescas, que descompriman la situación del dólar y permitan al Estado dejar de usar la emisión para cubrir su déficit, el tipo de cambio podría tranquilizarse, y con esto a la vista, la decisión de retener podría relajarse un poco.

En lo que hace al trigo disponible, mientras en el centro y norte del país los molinos están necesitando mercadería y salen a pagar buenos precios (por encima de $ 2.000 la tonelada), en el sur los negocios siguen esquivos. El que está firme entre u$s 200 y u$s 210 la tonelada, dependiendo del puerto, es el trigo nuevo. El valor está bastante por debajo de la paridad teórica de exportación (unos u$s 230), pero de todas formas es muy interesante. Sin embargo, muchos productores tienen dificultades para ingresar a los campos e implantar las variedades largas, que son las que mejor rendimiento entregan. De todas formas, todavía la ventana de siembra está abierta. Por ello el área de trigo podría cambiar.

(*) Profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la

Universidad Austral.