20/11/2012

Más que asustarse, esperanzarse, pues la soja puede dar mucho todavía

Para el pesimismo puede haber paño, pero mucho más hay para el optimismo. Manuel Alvarado Ledesma - AGROSITIO


Pese a que la demanda es un elemento de firmeza para los próximos meses, hubo una secuencia de jornadas atemorizantes, que han mostrado una suerte de tendencia negativa. Y los consiguientes sustos han estado a la orden del día.

Contra lo que algunos creen, la demanda no es lo que ha estado fallando.

No debemos confundirnos. No da la impresión de enfrentar una tendencia.

Si hubo una contracción de compras, ésta no ha resultado de un menor consumo y de una disminución en las necesidades. Muy en lo puntual, el efecto negativo en los precios habría, más bien, surgido de la estrategia de China.

¿A qué nos referimos?

Pues bien: los importadores chinos, hace poco tiempo, cancelaron pedidos por alrededor de 600.000 toneladas de soja procedente de EE.UU. El Centro Nacional de Información de Granos y Aceites de China (CNGOIC) lo ha dejado saber: la cancelación ha representado cerca de 10 cargamentos, para entregar en diciembre y enero.

No se puede decir que este hecho haya sido el causante de las bajas. Pero sí se puede estimar que éste ha sido el disparador, en un ambiente donde las bajas estaban contenidas, y que frente a nuevas noticias de aliento sobre la oferta mundial, han logrado generar un período negativo.

Tal declive, en rigor, se habría sustentado en la percepción de los operadores acerca de la probabilidad de una oferta algo más elevada de lo calculado. Esta idea habría surgido de la convicción sobre una gran producción de soja en América del Sur, bajo el beneficio de una campaña de mucha humedad, fundamentalmente por efecto de El Niño.

Se agregaba a ello, la repercusión del reporte mensual del USDA publicado el viernes 9 de noviembre último. El organismo revelaba un alza en los rindes estimados para la cosecha estadounidense de soja 2012/13.

En consecuencia, la producción proyectada para este país pasaba, así, a ser de 81 millones de toneladas. Se trata de un volumen claramente superior al estimado en el mes anterior (78 millones).

Pero… guarda con este número. Quizás sea demasiado optimista. No debería extrañarnos que, el mes que viene, el USDA hable de menos de 80 millones.

La sucesión de bajas no es, exactamente, una tendencia. De hecho, hoy 19 de noviembre, las subas fueron la constante. En Chicago, todos los futuros agrícolas ajustaron con subas.

Los granos en general estuvieron de parabienes.

La soja mejoró notablemente merced al mercado físico norteamericano, el maíz, estuvo beneficiado por una acentuada acción de de cobertura de posiciones vendidas. Y no sólo éstos. También el trigo reveló subas en un atemorizante contexto de reducidos stocks finales mundiales.

En definitiva el cuadro mundial de oferta no es visiblemente alentador. Y América Latina presenta una visión no tan optimista para el momento de la cosecha.

En Brasil, el ritmo de siembra sigue demorado en relación a la campaña previa. Y mucho.

En la Argentina, las cosas mejoraron en lo que va de noviembre. Es cierto. Pero no tanto como para revertir el cuadro. Además, sigue habiendo campos inundados o anegados.

Así las cosas, en la zona núcleo las siembras continúan demoradas. Obviamente este retraso repercutirá en los rindes.

Y el presunto beneficio de El Niño, por ahora, es sólo perjuicio.

Más aún: los climatólogos están reconsiderando el comportamiento de este fenómeno pues se estaría advirtiendo una re-enfriamiento del Pacífico Ecuatorial Central que podría derivar en la continuidad de El Niño, pero debilitado; o quizás neutral.