Tras las diferentes medidas adoptadas por el gobierno de Macri, el mínimo de quintales por hectárea para producir y no perder dinero se redujo fuertemente en maíz y trigo, y en menor medida en soja. AGROVOZ
El cambio de ánimo y optimismo que los productores y entidades relacionadas al sector agropecuario mencionan a cada momento sumó un nuevo dato que los avala: la fuerte caída de los rindes de indiferencia.
Según un estudio de la Bolsa de Cereales de Córdoba, el rendimiento mínimo que necesita lograr un productor para –al menos– no perder dinero se redujo 20 por ciento para la soja y 35 por ciento para maíz y trigo, desde la asunción de Mauricio Macri como presidente y las diferentes medidas que se fueron conociendo en estos primeros días de gobierno.
Soja
Previo al cambio en las políticas económicas y agropecuarias, un productor que sembró soja en Córdoba debía obtener un rendimiento promedio de 26 quintales por hectárea en campo propio y 33 quintales en campo arrendado para poder cubrir sus costos directos, mientras que el rinde promedio de las últimas 5 campañas a nivel provincial se ubicó en 31 quintales.
Bajo el nuevo contexto, el rendimiento de indiferencia de la oleaginosa disminuyó en promedio un 20 por ciento, por lo que ahora son necesarios 20 quintales por hectárea en campo propio y 28 quintales en campo arrendado.
Maíz
En maíz, los rendimientos de indiferencia a nivel provincial se redujeron 35 por ciento en promedio.
Actualmente, se necesitan 54 quintales por hectárea en campo propio y 66 quintales en campo arrendado para cubrir los costos directos; en el período pre siembra, las cifras eran de 83 quintales en campo propio y 100 quintales en uno alquilado.
Los valores actuales también son inferiores al promedio provincial de las últimas tres campañas: 75 quintales por hectárea.