16/05/2022

Los retrasos en las siembras en Estados Unidos comienzan a preocupar al mercado

Con maíz se cubrió el 22% del área prevista, lejos del 50% promedio de los últimos cinco años, mientras que con la soja se avanzó sobre algo más del 10% de la superficie, frente al 24% ideal. LA NACIÓN CAMPO
 

El arranque de las siembras en Estados Unidos dista mucho del ser el ideal. Sea por excesos de humedad o por temperaturas frías, poco adecuadas para una buena germinación y posterior emergencia de los cultivos, existen retrasos notorios a esta altura de la temporada. Si bien los productores estadounidenses tienen una enorme capacidad para poder implantar una enorme cantidad de hectáreas en muy poco tiempo (se estima que su capacidad puede llegar a los 20 millones de hectáreas en una semana con condiciones ideales), esto no estaría sucediendo en estos momentos.

Al respecto, los últimos guarismos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) muestran que al 8 de mayo solo se había implantado el 22% del área de maíz, al tiempo que en el caso de la soja el número se ubicaba apenas por encima del 10%. Para que tengamos una perspectiva, el promedio de los últimos 5 años evidencia para esta fecha una implantación del 50% para el forrajero y del 24% para la oleaginosa.

Según los “traders” de Chicago, y por criterio previo de los ingenieros agrónomos, al 10 de mayo debería estar sembrado el 50% del maíz que se estima implantar. Ese es “el” dato que cualquier operador observa, porque sabe que cada día que pase de esa fecha resulta inversamente proporcional a lograr rindes potencialmente altos.

Una situación similar se ha podido observar en el ciclo 2019/2020. En dicha temporada los datos de siembra fueron muy similares a los de este año, tanto para maíz como para soja. El resultado final fue que la producción de soja pasó de 112,9 millones de toneladas en la primera estimación del USDA a 96,7 millones en el último informe. En el caso del maíz, el recorte productivo pasó de casi 382 a 346 millones. Si bien todavía falta y tal como se mencionó más arriba los “farmers” tienen un gran potencial de siembra, resulta importante estar atentos a las próximas semanas para poder evaluar cómo se atravesó esta primer aduana de los cultivos en Estados Unidos.

Pero claro, este no es un año más o un ciclo productivo normal. Tenemos excelentes precios nominales para poder hacer un buen negocio, aunque la suba de los costos operativos no sólo que los “afina” de una manera espantosa, sino que también hace más sensibles los márgenes a eventuales caídas de los rindes por problemas climáticos o por bajas de los precios. Entonces, el clima pasa a ser un poco más determinante que en un año normal.

Sin grandes incrementos de área a la vista y con estos retrasos en Estados Unidos, insistimos en las buenas prácticas comerciales para poder ir sorteando las diferentes vicisitudes que, sin lugar a duda, esta temporada 2022/2023 nos va a ir dejando.

En este sentido, no podemos descartar –del otro lado de la balanza– ni el impacto de las subas de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos, ni los eventuales problemas económicos en China derivados del férreo e inentendible confinamiento por Covid.

Finalmente, al momento que esta columna esté publicada ya tendremos conocimientos de las cifras del nuevo informe mensual del USDA, esta vez con los datos por primera vez del ciclo 2022/2023. Para estar atentos.

El autor es socio de Nóvitas

Diego de la Puente