La semana pasada hubo marcas con subas en Chicago pero no se trasladaron al mercado argentino. Dante Romano. ÁMBITO WEB
La semana pasada se inició con una sorpresa significativa. La administración Trump estaría considerando cambios a las leyes de biocombustibles que incluirían un mayor corte de etanol en las naftas (un 15% contra el 10% actual) y que los subsidios que se pagan al biodiesel sólo se apliquen al producido en Estados Unidos.
En ambos casos estas noticias suponen mayor demanda interna para EE.UU., y por ello generaron alzas en Chicago. Pero la traslación a la Argentina, especialmente en soja, fue muy baja. Si bien un mayor consumo de aceite en EE.UU. debería es positivo, hoy EE.UU. es el destino del 90% de las exportaciones de biodiesel de la Argentina. La otra implicancia fuerte que tendría un cambio como este es que las bonificaciones por soja EPA podrían desaparecer.
Dejando de lado este movimiento causado por los biocombustibles, tenemos que pensar que la cosecha sudamericana está entrando al mercado, aunque la pregunta es qué ritmo tendrá la misma.
En lo que respecta a cosecha, Mato Grosso ya supera el 70% trillado. En tanto, con una devaluación del real se reactivaron las ventas del productor. El problema pasa porque para trasladar la soja desde Mato Grosso a los puertos del norte, hay 130 Km de ruta de tierra que con las lluvias se volvieron intransitables. Hacia el sur el tramo de tierra es menor, pero de todas formas son 30 Km. Esto ya está generando colas de buques. No obstante la soja del centro y sur empieza a ganar ritmo, y desde allí no hay dificultades serias para mover el grano.
En el mismo sentido, los analistas siguen incrementando la producción de soja de este país. Un informe la llevó a 108 millones de toneladas, contra las 104 millones que proyectó el USDA.
En la Argentina los comentarios que circulan apuntan a una muy buena campaña, aunque los analistas sostienen una producción de 54,5 a 54,8 millones, cuando el USDA estiman 55,5 millones. Como vemos la merma argentina se superaría con creces con la de Brasil, y además Uruguay está muy bien.
Con fondos muy comprados todavía, este posicionamiento representa un riesgo.
En cuanto a maíz, el tema biocombustibles comentado generó un impulso externo, que se trasladó vagamente al mercado local.
La oferta que se viene tanto de Brasil y la Argentina sería muy grande. Y además EE.UU. cuenta hoy con stocks abultados, y si bien perdería área en el ciclo 17/18 según lo que predijeron en el Outlook, la semana pasada también bajarían las exportaciones y esto dejaría una merma de stock menor. Seguiríamos en un mercado muy ofrecido.
Finalmente, pasando al trigo internacional, el mismo no contó con el apoyo de los biocombustibles, pero su ligazón con el maíz lo ayudó. Por otro lado los fondos estaban muy vendidos, pero empezaron a aparecer noticias que no son tan bajistas: la menor siembra de trigo de invierno, la caída de stocks pronosticada y la demanda más activa con precios en EE.UU. que ya se ponen competitivos.
Las subas de trigo se trasladaron al mercado local, pero lo más jugoso podría estar por llegar. Brasil sigue siendo un destino minoritario de los embarques y los mismos van muy rápido. Si el país vecino no levanta el precio FOB, el trigo argentino seguirá siendo demandado en el mercado internacional por otros países que lo encuentran barato. Pero el trigo argentino llega a Brasil aún en estos valores de 70 u$s/tt más barato que el norteamericano. Con una diferencia de 20/30 u$s/tt todavía deberían comprar local.
(*) Del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.