En la Argentina se consumen apenas 250 gramos por habitante, mientras que en Brasil, 15 kg; preocupación por los fletes y China. LA NACION.
Las Naciones Unidas declararon 2016 el Año Internacional de las Legumbres. Con un comercio mundial de 120 millones de toneladas por unos 100.000 millones de dólares, las legumbres son una fuente de proteínas clave para gran parte de la población mundial.
Además de las propiedades alimenticias, la FAO destaca sus virtudes productivas. Por ejemplo, recuerda que para producir un kilo de legumbres se necesitan 385 litros de agua, contra 480 de la soja o los 810 litros del maní. Al mismo tiempo, se destaca la propiedad de fijar el nitrógeno del aire.
En la Argentina, la producción de porotos, garbanzos, arvejas y lentejas tiene un doble desafío. Según explica el presidente de la Cámara de Legumbres de la República Argentina (Clera), José María Lázara, las legumbres deben aumentar su participación en el mercado interno, pero, al mismo tiempo, aprovechar las oportunidades que se presentan en los mercados externos.
"Mientras en Brasil y México se consumen unos 15 kilos por año por habitante, en promedio de legumbres, en la Argentina apenas se llega a los 250 gramos", señala el directivo, en diálogo con LA NACION. "Esto da como resultado que somos dependientes del comercio internacional", añade.
Las exportaciones alcanzaron unos 400 millones de dólares en 2015, con una producción global de entre 300 y 400 toneladas. Lázara recuerda que por el atraso cambiario y el sesgo antiexportador de la política agropecuaria que impulsó el anterior gobierno, la Argentina descendió del tercero al octavo puesto en el ranking mundial de exportadores de poroto.
"Con el sinceramiento del tipo de cambio y la rebaja de retenciones, de cinco a cero por ciento, cambiaron las perspectivas, pero todavía enfrentamos dificultades", dice el presidente de Clera. Uno de los problemas que enfrentan es el flete y el impacto de la inflación. Antes de la devaluación, el costo de llevar una tonelada de poroto blanco desde Salta hasta Buenos Aires era de 68 dólares. Inmediatamente después de la corrección cambiaria ese valor bajó a 50 dólares. Y ahora, según los empresarios, está en 67 dólares por tonelada. Los exportadores toman esos valores y se toman la cabeza cuando miran los números del flete entre Buenos Aires y Tailandia: 18 dólares por tonelada.
"A eso le sumamos los impuestos distorsivos, como los que hay que pagar en el puerto de Buenos Aires, como el TAP e Ivetra", añade Lázara.
En materia de comercio exterior, los productores de legumbres apuntan a China. En arvejas es el segundo importador a nivel mundial, detrás de la India. Hace cinco años comenzaron las negociaciones para ingresar arvejas desde la Argentina. Por una cuestión burocrática de China, todavía no se puede exportar. "Si en noviembre no se abre el mercado, corremos el riesgo de entrar en un colapso", advierte Lázara.