18/03/2019

La única certeza, por ahora, es lo que hay en los lotes

Una cosecha histórica madura en un contexto dominado por la volatilidad del dólar, la inflación y las altas tasas de interés.  AGROVOZ

A medida que avanza la recolección de maíz y el clima acompaña la evolución de la soja, las posibilidades de que la producción agrícola sea récord son cada vez más concretas.
Si bien esta proyección terminará por definirse en los próximos dos meses, cuando se intensifiquen las labores de cosecha de ambos cultivos, los datos que vienen desde los lotes ratifican esa tendencia.
Los muy buenos rendimientos que se están obteniendo con el maíz son, por el momento, la única certeza que tienen los productores y también la economía nacional.
La cosecha histórica, que podría rondar con todos los granos los 140 millones de toneladas a nivel nacional, madura en un contexto dominado por la volatilidad del dólar, la inflación y las altas tasas de interés. Una endeble base de sustentación para una actividad que podría dejar 24 mil millones de dólares en exportaciones.
Percepción
Dominado por esas sensaciones ambiguas se lo vio al productor agrícola recorrer esta semana Expoagro, la 13a edición de la muestra organizada por Exponenciar en San Nicolás, provincia de Buenos Aires. Sabe que va a tener buenos resultados productivos, pero también es consciente de que el escenario económico no aporta seguridad.
La falta de financiamiento, debido a las altas tasas de interés, atraviesa a todo el sector y paraliza a la actividad y las inversiones: desde los fabricantes de maquinaria agrícola, que no acceden a fondos para capital de trabajo, hasta los productores que no están dispuestos a avalar el costo actual que tiene el dinero prestado.
En una reunión celebrada en la muestra con la cúpula de Confederaciones Rurales Argentina (CRA), el titular del Banco Nación Javier González Fraga fue claro y contundente. Manifestó que la continuidad del actual Gobierno es la única alternativa para terminar con el populismo y que pasadas las elecciones, con un triunfo del oficialismo, el riesgo país bajará a 200 puntos básico y las variables macroeconómicas se acomodarán.
“¿Y mientras tanto?”, se preguntó un dirigente cordobés que asistió a la reunión y que no tuvo mayores respuestas a su interrogante.
“Quedan siete meses por delante hasta las elecciones y la situación económica no está para hacer la plancha y esperar el escenario poselectoral”, advirtió el dirigente.
Mantenerse a flote
La industria de la maquinaria agrícola, un sector que depende de la decisión de inversión de los productores, busca mantenerse a flote en aguas muy turbulentas.
Los que más vieron la reactivación en los primeros dos meses del año fueron los fabricantes de tolvas, embolsadoras y extractores de granos, motivados por las perspectivas de cosecha.
La mayoría de ellos lo hizo con financiamiento propio, y en algunos casos con altos costos para asegurarse las ventas. El objetivo es sostener la actividad y los puestos de trabajo, a la espera de que con la soja y el maíz ya en el bolsillo el productor se decida a comprar.
“Para mantener las plantas en Las Varillas, Santiago del Estero y la ensambladora en Paraguay necesitamos vender 150 tractores por mes y estamos ahí”, dimensionó José María López, vicepresidente de la empresa Pauny.
Los créditos en dólares a tasa fija de hasta el tres por ciento y hasta cinco años de plazo son la opción más difundida entre las fábricas.
Si bien admiten que es más difícil convencer al productor de que se endeude en moneda extranjera, los empresarios aseguran que es lo más accesible por el momento. Mientras tanto, octubre sigue lejos.