Productores que integran el Movimiento CREA afirman que plantarán 47,12% menos del cereal que en 2011. LA NACION.
Infografía: Caída en las hectáreas

Una brusca caída en la siembra de trigo prevén los productores agropecuarios como consecuencia de la intervención del Gobierno sobre el mercado de granos.
A las estimaciones del propio Ministerio de Agricultura, que prevé una caída del área sembrada del 13,6 por ciento respecto del año pasado, ayer se sumó una encuesta elaborada por los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA). Según un relevamiento entre productores que siembran en 16 provincias, con una superficie de 500.000 hectáreas, el área sembrada con trigo caería 47,12 por ciento respecto de la campaña 2011/12 .
Los motivos que esgrimen los productores consultados por CREA se centran en las "dificultades comerciales" (40 por ciento del total de las respuestas), "margen no atractivo (26%) y "bajo precio esperado" (20%).
Si ese porcentaje de caída declarado por los productores de CREA fuera imitado por todos los productores del país, la superficie sembrada llegaría a 2,5 millones de hectáreas (el año pasado se sembraron 4,6 millones de hectáreas). Habría que remontarse a la campaña 1896/97, durante la presidencia de José Evaristo Uriburu, para encontrar una cifra tan baja de área sembrada. Con esta superficie, la producción alcanzaría los 7 millones de toneladas, lo que alcanzaría sólo para abastecer el mercado interno .
Según CREA, la reducción de la superficie triguera "está muy asociada a las distorsiones del mercado que provoca la intervención oficial".
Esta intervención comenzó en 2006, cuando el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, fijó un precio máximo para que la industria molinera y los exportadores pagaran a los productores por el trigo. A partir de ese año se eliminó la tradicional competencia entre ambos eslabones de la cadena por conseguir mercadería. Años después, el Gobierno cuotificó las exportaciones porque temía que el mercado interno quedara desabastecido y subieran los precios. Desde las entidades de la producción se advirtió que en el país se producía la suficiente cantidad de cereal como para satisfacer la demanda interna y la externa. Mediante la cuotificación, los productores percibieron que recibían un precio inferior al del mercado y en las últimas campañas fueron reduciendo el área sembrada de trigo y, algunos, se volcaron a otros cultivos de invierno, como la cebada o la colza.
RIESGO ECONÓMICO
Las trabas a las exportaciones y la intervención de los mercados "generan una parálisis económica para los pueblos del interior, ya que el trigo significa el doble de movimiento de camiones, maquinaria y venta de insumos", dijo el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Hugo Luis Biolcati, en declaraciones a Radio 10. "Además -añadió- la caída de la producción de trigo nos hace perder mercados preferenciales para la Argentina, como el de Brasil, y reduce el ingreso de divisas".
Por su parte, el asesor económico de la Bolsa de Cereales de Bahía Blanca, Esteban Barelli, estimó que una de cada dos hectáreas que se dejan de hacer con trigo irá a cebada, en la que se estima una superficie sembrada de 1,4 millones de hectáreas. El resto se destinará a los cultivos de verano, básicamente soja. El especialista advirtió que es "baja" la participación de los cultivos de la cosecha fina "en la matriz de rotación".
Al respecto, el informe de CREA recuerda que "la rotación con trigo es fundamental para una agricultura sostenible, por su aporte de materia orgánica y estructura al suelo".
Barelli explicó que en la Bolsa de Bahía Blanca estimaron que la superficie caería un 15 por ciento y llegaría a 3,9 millones de hectáreas, aunque no descartaron que, finalmente, quede en 3,7 millones de hectáreas.