19/04/2013

Entre los exportadores, pero con más exigencias

Desde 2012, la Argentina ha pasado a integrar el grupo de los grandes exportadores mundiales de garbanzo. Juan Manuel Garzón. LA VOZ.

El país exportó 86 mil toneladas de esta legumbre el año pasado. Sólo tres países habrían exportado mayores volúmenes: Australia (garbanzo Desi básicamente), México (Kabuli) y la India (Kabuli, dado que es la única variedad permitida para la exportación).

De acuerdo con estimaciones propias, la participación de mercado que ha logrado el país estaría en el orden del siete por ciento, pero si sólo se considera el mercado del garbanzo Kabuli (países con ingresos medios y altos), el market share podría aproximarse al 16 por ciento.

La Argentina, probablemente, produjo más garbanzo en el ciclo 2012/2013 que en 2011/2012, aunque no está claro si la producción con calidad de exportación ha sido efectivamente mayor.

Suponiendo un volumen de entre 80 mil y 100 mil toneladas exportables en el ciclo 2012/2013, y considerando las colocaciones ya realizadas entre los meses de noviembre 2012 y febrero 2013 (31 mil toneladas según el Senasa), quedaría un saldo exportable de entre 49 mil y 69 mil toneladas, que deberá colocarse en el período marzo/octubre 2013.

Este saldo exportable representa un volumen superior al colocado el año pasado durante el mismo período (llegó a 45.100 toneladas) y por lo tanto significa un desafío muy importante.

Reacomodamiento. Luego de tocar niveles récord en 2011, los precios de exportación de México y Argentina (ambos productores que apuntan a la calidad) vienen ajustando claramente a la baja.
En 2011, la Argentina colocó garbanzo a un precio medio de 1.050 dólares por tonelada; en 2012, el precio medio fue de 970 y en el primer trimestre de 2013 éste se habría aproximado a los 840 dólares.

El ajuste en los precios estaría asociado a una situación más descomprimida en el mercado mundial, gracias a una sucesión de buenos resultados productivos, primero en México (ciclo 2011/2012), luego en Australia (ciclo 2012/2013) y por último y más recientemente en la India (2012/2013).

Tendencia. Resulta difícil anticipar cuál puede ser la evolución de los precios en los próximos meses. La gran campaña australiana, la recuperación de la campaña canadiense y la buena campaña india seguramente actuarán manteniendo bajos los precios.
En este 2013, el volumen que colocará la India en el mercado mundial será seguramente superior al del año previo, fruto de la importante expansión productiva que ha logrado en su campaña de invierno (temporada Rabi).

Habrá que esperar para conocer cuántas toneladas termina colocando este país en el mercado, aunque no debería descartarse una cifra superior a las 200 mil toneladas.

México habría tenido aparentemente un traspié productivo que puede generar algunas oportunidades de negocios en mercados de alto valor.

Si bien no se dispone aún de las estadísticas oficiales que confirmen lo sucedido, problemas climáticos habrían afectado la campaña y, por ende, los saldos exportables del país azteca en el ciclo comercial 2012/2013, lo que favorece a países como Argentina, que vende un producto de menor calidad, pero compatible con el gusto de distintos segmentos de consumidores, entre ellos de países europeos.

Origen competitivo. Argentina ha demostrado suficiente competitividad como para colocar volúmenes crecientes de garbanzo en estos últimos años. El interrogante es hasta dónde puede seguir avanzando en los mercados de alto valor, donde compite con países como Canadá, Estados Unidos, México y la India, entre otros, los que cuentan cada uno de ellos con sus propias ventajas competitivas (ya sea técnicas, de cercanía a los mercados y/o de entorno de negocios).

Si bien la Argentina tiene una gran competitividad productiva, que se revela en los buenos rindes que se logran en muchas regiones del país, muy superiores a los que se visualizan en países competidores del Asia e incluso de la propia América del Norte, también cuenta con desventajas de costos asociadas al contexto macroeconómico (inflación en dólares en los últimos años) y al entorno de negocios en el que se desenvuelve la cadena (impuestos a la exportación, deficiencias de infraestructura básica, reducido gasto de I&D, etcétera).

Premio a la calidad. El mercado internacional premia el garbanzo de calidad, así que independientemente de hasta dónde se quiera avanzar en producir mayores volúmenes, un objetivo permanente de los actores de la cadena debe ser mantener y mejorar la calidad del garbanzo producido.

Adicionalmente, si se desea sacar un mayor valor al garbanzo que no logra calidad de exportación, debería evaluarse la factibilidad de su canalización como materia prima en la elaboración de otros alimentos de posible interés para el consumidor.

*Economista jefe del Ieral-Fundación Mediterránea. El autor es economista jefe del Ieral-Fundación Mediterránea. Esta columna fue elaborada en el marco de la Jornada Técnica Crea Norte de Córdoba, abril de 2013.