29/10/2014

En un mes, la soja recuperó una tercera parte de lo que había perdido

Mercado agrícola.El producto más exportado por la Argentina detuvo su peligrosa escalada bajista e incluso volvió a subir algunos escalones. CLARÍN.
Matías Longoni

Luego de haberse desplomado casi 100 dólares por tonelada desde mayo pasado, hasta caer a casi 340 dólares, la soja recuperó en el último mes una tercera parte de ese pérdida y hoy se negociaba en el mercado de Chicago por arriba de 370 dólares. El dato es crucial para el futuro de la economía argentina, ya que el complejo sojero explica 1 de cada 4 de los dólares que ingresan por exportaciones.

Las operaciones en Chicago mostraban esta mañana una tónica alcista y prolongaban así una recuperación que, desde fines de septiembre, cuando la soja tocó un mínimo de 342 dólares, ya ronda el 10%.

Cuando todos los pronósticos eran pesimistas debido a la cosecha récord que está logrando Estados Unidos, esta reacción de los mercados encuentra varias explicaciones. Una de ellas -la más importante- es la firmeza que muestra la demanda interna y externa del poroto estadounidense. Como aquí, ante la baja de los precios, los produtores de ese país también son reacios a vender rápidamente sus granos. Y esta retención colabora finalmente a mejorar las cotizaciones.

Algo semejante sucedió aquí, pues mientras la soja perdía un 30% de su valor en el mercado de referencia, en la Argentina los valores de la oleaginosa bajaron mucho menos, debido justamente a que los productores detuvieron sus ventas y almacenaron su cosecha en enormes silo-bolsas.

Así, si en mayo la soja se pagaba a unos 2.550 pesos por toneladas, ese precio cayó a unos 2.150 pesos en el peor momento y ahora se recuperó hasta casi los niveles previos. El valor Pizarra de Rosario era hoy de 2.447 pesos.

Por esa razón, los productores locales sienten en esta recuperación de los precios una suerte de revancha frente a un gobierno que los acusaba de "especular" o de ser "desestabilizantes".

Los analistas de Chicago agregan a este panorama de recuperación dos ingredientes: una toma de ganancias de los fondos especulativos. Y los primeros problemas climáticos de cara a una nueva campaña sojera en el Hemisferio Sur, que se expresan en una incipiente sequía en las principales regiones productivas de Brasil, justo cuando allí debería comenzar la siembra.