17/01/2012

¿El USDA patea en contra de los precios de la soja?

Si existen razones políticas para sostener el último informe, es entendible pero no aceptable. Manuel Alvarado Ledesma-AGROSITIO

En todo precio, son la oferta y la demanda las que, conjuntamente, establecen su nivel.

Como están las cosas, es posible que la demanda en el mundo se reduzca, muy suavemente.

Ya se perciben los primeros indicios de enfriamiento en la economía china y las menores importaciones de Asia en general.
A su vez, el problema financiero y ahora económico de Europa no se resuelve. Ello golpea a la demanda global.

Y… ¿qué se puede decir de la oferta?
La sequía en América Latina no ha cedido. Por ello, se aguarda una sustancial baja en el nivel de oferta mundial.
La reducción de los precios registrados la semana pasada no es resultado de ello sino que proviene de las estimaciones oficiales. Tal es el caso del reciente informe del USDA, que no registra sustanciales caídas en la producción.

Vamos a ver

Las Estimaciones Globales de Oferta y Demanda (WASDE) del USDA para EE.UU. resultaron más altas que lo esperado, con una producción para esta campaña de 83 millones de toneladas. Así, la relación stock/consumo creció de 7,6% estimado en diciembre a 9,1%.

En el plano mundial, la producción estimada fue reducida en 2,2 millones de toneladas por recortes estimados para la Argentina de 1,5 millones y de 1 millón de toneladas para Brasil. Así la producción de nuestro país sería de 50,5 millones y la del vecino de 74 millones.

Con estas correcciones, la proyección de stock final a nivel mundial baja de 64,5 millones (de diciembre) a 63, 4 millones de toneladas.

Con estos números en la mano, se puede afirmar que poco tienen que ver con la realidad.

En el caso de la Argentina, esperar una producción de 50,5 millones de toneladas, resulta una fantasía. Quien camina por la zona núcleo del país, sabe que los rindes serán extremadamente bajos.

Que puede haber razones políticas para sostener tal apreciación es entendible pero no aceptable.

Las estimaciones del USDA tienen credibilidad porque, normalmente, se hacen con un mínimo de racionalidad. Pero, por lo que vemos, el último reporte carece de ello. Si persiste en este camino, tal extraordinario capital se perderá.

La realidad es que el daño que la sequía ha efectuado sobre la producción sojera es muy grave y, en buena parte, irreversible.

Aún cuando mejoren las condiciones climáticas en forma excepcional, no se podrá alcanzar el número del USDA.

Como viene el tiempo y en base a las predicciones de lluvias para lo que resta de enero, la producción argentina difícilmente supere el nivel de 44 millones de toneladas.

Late, entonces, un factor de presión sobre los precios de la soja. Si bien, puede darse una disminución en el consumo, la verdad es que la baja en la oferta será demasiado visible como para que los precios se mantengan en el actual nivel.

Obviamente, esto no es consuelo para la alicaída economía del productor y de los eslabones que lo anteceden y que lo siguen. Pero… es así. Los precios deberían mejorar.