Los críticos del nuevo esquema comercial para el cereal aseguran que tiene exigencias que, en la práctica, no se podrán cumplir.  LAVOZ


–Parece que las lluvias trajeron algo de alivio al sector agropecuario. Si bien la sequía provocó daños irreversibles a los cultivos de primera, los que vienen más retrasados se podrían recuperar de registrarse un aporte de otros 70 a 80 milímetros en los próximos días.

–Lo que no se recupera amigo Don Produ, es la comercialización del trigo. Sus detractores aseguran que el nuevo convenio de comercialización para el cereal, suscripto el 5 de enero, poco aportará en la defensa del precio pagado al productor.
–Por lo que percibo, a usted tampoco lo convence.

–Es que hay cuestiones de forma y de fondo que dejan dudas sobre el cumplimiento del nuevo sistema. Primero, sorprende que en el acta estén representando al sector privado entidades como la Mesa de Productores de Leche de Santa Fe, o la Cámara de Productores de Leche de Córdoba. ¿Qué hacen estas instituciones, en un ámbito en el cual la representatividad privada la aportan exportadores, molinos, acopiadores y corredores de granos? Segundo: será difícil que se libere la exportación, al menos lo que se interpreta del flamante convenio. El acuerdo ratifica la obtención del saldo exportable en las mismas condiciones que su versión anterior. Además confirma la vigencia plena de los registros de operación de exportación (ROE) y les exige a los exportadores el abastecimiento en el mercado interno, en el caso de faltantes. Sólo el trigo baja proteína tendrá libre disponibilidad para su comercialización, interna o externa. Como modificación al convenio anterior, el nuevo marco obliga a los exportadores a comprar trigo a los pequeños productores, con hasta 500 toneladas, y medianos productores, hasta un volumen de 800 toneladas.

–Por lo que me manifiesta, el sistema puesto en marcha tiene poco que ver con la propuesta original elaborada por Agricultores Federados Argentinos y que después fue mejorada con el aporte de la Bolsa de Rosario. Y que muchos consideraban como una propuesta superadora del esquema anterior.

–Hay coincidencia entre algunos integrantes del sector vinculado con el comercio de trigo que el modelo propuesto por el Gobierno nacional es similar al anterior. Y por lo tanto no habría que tener muchas expectativas respecto a un cambio en los precios. Incorporar variantes como la compra a pequeños y medianos productores hace que su puesta en práctica sea complicada y hasta irrealizable. En definitiva, los críticos al convenio sostienen que es más de lo mismo pero más confuso.