25/04/2018

El trigo duda entre sumar 200 mil hectáreas o perder 300 mil, por las lluvias

Si las descargas siguen mejorando, la superficie podría crecer 3,5 por ciento y marcar un nuevo máximo histórico, según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. AGROVOZ

Redacción Agrovoz

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires estimó que la superficie de trigo podría crecer 3,5 por ciento y marcar un nuevo récord, si el régimen de lluvias que mejoró a partir de abril, luego del verano más seco en 50 años, sigue registrándose. 
Por el contrario, si la evolución climática no acompaña durante la ventana de siembra, el área a implantar se reduciría un cinco por ciento.
De acuerdo a la entidad porteña, el año pasado se sembraron 5,7 millones de hectáreas con el cereal: la perspectiva para la campaña próxima a iniciarse es que esta cifra se incremente a 5,9 millones con lluvias favorables o se achique a 5,4 millones si el agua sigue escaseando.
Panorama climático
Según el informe de pre-campaña de la Bolsa de Buenos Aires, si bien durante las últimas semanas se registraron precipitaciones sobre el centro y sur del área agrícola nacional, gran parte del norte argentino mantiene un estado hídrico regular a escaso que limitaría la expansión del cereal. 
Sobre las regiones NOA y NEA, las labores de siembra se extenderían entre los meses de mayo y junio, y de no registrarse precipitaciones durante las próximas semanas, la implantación de los primeros lotes podría verse demorada, impactando sobre la intención de siembra final. 
En paralelo, gran parte del norte de Córdoba, centro-este de Entre Ríos y norte de Santa Fe también presentan una situación hídrica desfavorable para el comienzo de la campaña triguera, aunque en dichas regiones aún restan varias semanas para las primeras siembras. Por esta razón, ante una mejora en la condición de humedad, se podría registrar una expansión del cereal. 
En el núcleo triguero del centro y sudeste bonaerense, si se mantienen las lluvias registradas este mes, las labores de implantación comenzarían en junio con un incremento interanual en la superficie, principalmente porque se recuperarían áreas que no se incorporaron en la campaña anterior por excesos hídricos. 
En el Sudoeste de Buenos Aires-Sur de La Pampa y Norte de La Pampa-Oeste de Buenos Aires, el escenario es más crítico ante un pronóstico de reposición de humedad menos alentador, razón por la cual la intención de siembra presenta gran incertidumbre aún: el área sembrada podría incrementarse entre siete y 15 por ciento en comparación al ciclo previo, pero de no producirse una mejora en el estado hídrico, no se descarta la posibilidad de registrar una reducción en la intención de siembra.
Escenario económico
Por otro lado, la Bolsa porteña ratifica que el trigo encuentra un gran empuje en términos económicos, con perspectivas de aumento en los márgenes.
“Frente a la fuerte demanda externa, el precio del trigo ha mostrado un significativo incremento en los últimos meses, tanto para las posiciones disponibles como para toda la curva de futuros. En el Mercado a Término de Buenos Aires (MATba), la posición disponible ha registrado un incremento del 30 por ciento en promedio para el mes de abril en comparación con igual mes del año anterior”, resalta el informe. 
A la par de este aumento, los insumos más representativos de los costos de producción del cultivo de trigo mostraron subas sustancialmente menores. Esto resulta en una mejora en la relación Insumo – Producto superior al 15 por ciento respecto de abril de 2017, que alienta la inversión en tecnología. 
Adicionalmente, los valores del trigo para la cosecha 2018/19 ofrecen una perspectiva positiva para el cierre de los márgenes. “Si consideramos el futuro Matba a cosecha (enero ´19) como un indicador del valor del cereal para la campaña nueva, este se ubica un 20 por ciento por encima de la cotización registrada para esta posición en los meses de marzo y abril de la campaña anterior”, ejemplifica la entidad.
Y concluye: “De esta manera, las señales de precios para la nueva campaña, sumadas a la necesidad de los productores de obtener ingresos para sobreponerse a los impactos negativos de la sequía y financiar la próxima campaña de granos gruesos, generan incentivos positivos desde el punto de vista económico para la siembra del cereal”.