10/01/2012

El maíz es la punta del iceberg del problema que se viene

La seca no es sólo de agua. Ahora comenzará la de dinero. por Manuel Alvarado Ledesma - Agrositio

La situación en la Argentina no sólo es muy grave para los productores, también lo es para el país todo.

Si en los comienzos de campaña, se pensaba en 29 millones de toneladas de maíz y 52 de soja, ahora habrá que ir calculando algo así como 20 para el primero y quizás 42 para la oleaginosa. Y quizás menos.

Estamos hablando de una disminución en los ingresos del sector (y del país) del orden de los 9 mil millones de dólares, por la baja sobre lo estimado en cereales, oleaginosas y carnes vacunas.

El informe del USDA que se dará a conocer el próximo jueves, mostrará un apreciable recorte en sus estimaciones de producción argentina (y sudamericana). Pero no será lo suficientemente realista, ya que la situación ha adquirido un sesgo delicadísimo en los últimos días.

Obviamente, el caso del maíz es el más grave. Habiendo iniciado un camino sin retorno, la producción está prácticamente jugada. Al menos en la zona núcleo.

El maíz es la punta del iceberg. Es la producción que no permite alentar mayores esperanzas.

En estas condiciones, la cadena de pagos de la agricultura enfrenta un desafío delicadísimo, donde habrá grandes perdedores.

En primer lugar, están los arrendatarios. Algunos de ellos han tomado campos a valores equivalentes a 20 QQ de soja.

¿Cómo podrán afrontar este costo y al mismo tiempo las inversiones necesarias de la campaña?

En este cuadro, veremos incumplimientos y renegociaciones de compromisos. Y muchos chacareros y contratistas expulsados del sector.

A partir de este eslabón, la cadena sufrirá la falta de financiación. Y las pérdidas serán de consideración.

Como los precios agrícolas revelan mayor volatilidad cuando el nivel de stocks se halla en posición de debilidad, lógicamente el precio del maíz tendrá un futuro próximo de acentuados movimientos.

Así están las cosas. Encerrados en la paradoja de precios sostenidos, pero sin rentabilidad y falta de liquidez.

Este año la seca no es sólo de agua. Ahora comenzará la de dinero.

La sufrirán los productores, sin duda. Pero, también, todos los eslabones ligados directamente e indirectamente.

Y por supuesto, recibirán el golpe las arcas no sólo nacionales sino también provinciales. Las reducciones en los montos por derechos de exportación serán fuertes. Seguramente del orden de los 3 ó 4 mil millones de dólares.