19/03/2018

Con la cosecha en marcha el mercado ensaya nuevos techos

El gran interrogante es si las pérdidas productivas de la Argentina ya están descontadas en el precio de la oleaginosa en el mercado internacional. Los fondos especulativos podrían comenzar a vender. ÁMBITO

DANTE ROMANO
Profesor e investigador (*)

Mientras en el mundo el reporte del USDA fue digerido y se tomó ya en el nivel de precio la cuasi certeza de una cosecha menguada para Argentina, comienza la trilla y esto va generando cierta presión sobre los precios. 

A la vez, con los cultivos de primera con menores rindes estimados, pero los de segunda todavía más golpeados, nos preguntamos si estos techos serán duraderos en el mercado.

De hecho la Bolsa de Comercio de Rosario estimó que Argentina podría tener 40 millones de toneladas cuando la Bolsa de Cereales hablaba de 42 millones. Podríamos pensar que esto debería haber disparado compras muy firmes, pero sólo inspiró subas menores, lo cual es llamativo además porque coincidió con un momento donde las exportaciones de soja de Estados Unidos parecen estar reactivándose.

Buscando elementos negativos para justificar lo que vemos en la soja, creemos que los fondos especulativos podrían estar más tranquilos o bien vendiendo, ya que la gran pregunta es si la pérdida en nuestro país ya está descontada en precios.

Mientras tanto Brasil viene muy bien, con analistas locales que ya hablan de 117,5 millones de toneladas.

El mercado estuvo hablando mucho esta semana de que ante las barreras que EE.UU. impondría al acero y aluminio de China, este país podría bajar compras de poroto sobre ese origen. Esta noticia, muy negativa para la soja en Chicago, ayudaría a los mercados sudamericanos que verían más demanda.

Otro punto a considerar es que se están tomando las decisiones de siembra en EE.UU. y que el reporte del USDA al respecto se publicará el 29 de marzo, y si bien en el AG Outlook de febrero los técnicos del USDA hablaron de que la superficie de maíz y soja se mantendría, lo cierto es que los privados insisten en que con estos precios Estados Unidos debería sembrar más superficie con la oleaginosa. 

Viendo todo esto entendemos que la soja debería estar cerca de su techo, pero que parece temprano para que ya comience a bajar, y por otro lado el piso no debería estar tampoco muy lejos, porque de todas formas se perdió mucha producción.

En lo que hace al maíz la entrada de cosecha ha sido más violenta. La posición de camiones en puerto subió, al punto de que se generaron colas a la vera de la ruta en la zona del gran Rosario, y esto hizo que los precios se tomaran una pausa e incluso que julio ajustara a la baja. 

Por su parte la situación de cultivos es delicada. Los maíces tardíos están ya cerrando la floración y finalmente no llovió. Muy posiblemente nos encontremos con sorpresas del lado de los rindes. La Bolsa de Comercio de Rosario en este sentido llevó la producción a 32 millones de toneladas, pero tranquilamente podría ser menor.

A esto le sumamos la preocupación por los cultivos de Brasil. Con la siembra atrasada que se está viendo, no descontamos que baje más el área, o bien que los rindes sufran. Si fracasara tanto la cosecha de maíz de Brasil como la de Argentina, el impacto sería fuerte.

Por el lado de la demanda, los negocios de exportación de maíz de EE.UU. siguen muy activos. Sumando entonces a la posibilidad de menor oferta, una demanda más activa.

Así las cosas, resumiendo hasta acá, en soja la Argentina tiene un problema serio, compensado por mayor producción y stocks en EE.UU., con demanda retraída. 

En maíz el problema es tanto para Argentina como para Brasil, los stocks de EE.UU. bajan por mejor ritmo de la demanda, y encima se habla de que el área de siembra para el nuevo ciclo en EE.UU. podría bajar. 

Por el lado del trigo es impresionante la firmeza del disponible. Esto obedece a un ritmo muy activo de compras de la exportación. Pero además, los precios para cosecha nueva que parecen muy interesantes. Sin embargo las ventas son limitadas por el hecho de que este ciclo está dejando muy poca humedad y por lo tanto se necesitarían 100 a 200 mm para sembrar.

Estos volúmenes no parecen muy razonables a pesar de los pronósticos de lluvia.

(*) Del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.