07/08/2017

Chicago en baja y a la espera del nuevo informe del USDA

La campaña norteamericana continúa marcando el pulso del mercado. Se esperan lluvias beneficiosas para los cultivos. El jueves se conocerá el reporte mensual del Departamento de Agricultura de EE.UU. ÁMBITO

DANTE ROMANO
Profesor e investigador (*)

Tras el mes de julio, que resultó cálido y seco en el oeste de EE.UU. y que redundó en un deterioro para la calidad de cultivos de maíz y soja, las temperaturas se volvieron más frescas con la llegada de agosto, y se pronostican lluvias por encima de lo normal. Si bien no alcanzaron a llegar en la semana pasada, ya el mercado reaccionó y presionó fuertemente para abajo a los precios.

Los fondos especulativos habían generado una posición neta vendida importante cuando se terminó de sembrar lo que apuntaba a ser una cosecha que incrementaría los stocks finales tanto para maíz como para soja. Luego el clima seco los llevó a cerrar posiciones. Las compras dejaron la semana pasada a los especuladores levemente comprados en maíz y prácticamente neutros para soja. Por eso es que este cambio de pronósticos resultó tan violento para los precios. De hecho en la última semana vendieron unos 4 millones de toneladas de maíz y 1 millón de toneladas de soja. De todas formas siguen levemente comprados en maíz y levemente vendidos en soja. 

Pero lo cierto es que la condición de cultivos se resintió mucho y habrá que esperar para ver cuánto de este deterioro se logra revertir en agosto. Vale aquí aclarar que tanto el maíz como la soja transitan su período de floración durante julio. Sin embargo mientras que una mala floración para el maíz usualmente se liga mucho con malos rindes finales, en soja un problema en la floración puede ser compensado con una buena formación de vainas y llenado si efectivamente en agosto el clima se revierte. Es por esto que la soja lideró las bajas.

De todas formas llama la atención que el precio actual del maíz sea inferior al valor que se operaba, y que de hecho parecía bajo, no bien se terminó de sembrar. Como algún grado de daño debe haber, esto hace pensar que Chicago debería subir.

El jueves próximo se publicará el reporte mensual del USDA donde el mercado estará muy atento a todos estos datos. Veremos allí el tradicional juego de realidad versus las expectativas que durante esta semana se van a ir trasladando a los precios. De hecho los analistas privados ya están hablando de un recorte para rindes de maíz que harían bajar entre 10 y 16 millones de toneladas la producción.

Pasando al plano local, la semana inició con un tipo de cambio más tranquilo, incluso bajando con ventas del Banco Central. Esto se conjugó con precios más débiles del mercado externo y los valores descendieron. Sin embargo más adelante el tipo de cambio volvió a cobrar movimiento ascendente y compensó las últimas bajas de Chicago.

Ante los precios deprimidos las ventas brillaron por su ausencia, y con un ritmo de ventas con precio hecho muy bajo de soja, la situación genera preocupación en las fábricas. Si bien las mismas disponen de poroto para moler, al no cerrar precio el productor, no pueden definir si al moler terminarán haciendo un buen negocio. De hecho los precios de exportación y molienda se acercaron mucho, marcando el interés de estas fábricas por cerrar valores. Pero esos esfuerzos son en vano si de todas formas el valor no llega a despertar el interés del productor. 

La trilla de maíz sigue avanzando, algo lenta respecto al año pasado, pero con buena afluencia de mercadería a puerto. De hecho la cola de buques a la espera de ser cargados logró reducirse. De la mano de días más soleados por delante, se espera mayor afluencia de mercadería y presión negativa sobre los precios del disponible. Es importante recordar que hay mucho maíz tanto argentino como de Brasil por ingresar al mercado. Todo esto terminará impidiendo que de darse alzas externas las mismas lleguen hasta nuestros mercados. 

Finalmente el trigo ha venido también descendiendo, tanto en el mercado externo donde los precios de EE.UU. se habían ido tan altos que no resultaban competitivos con el resto del mundo, como en el mercado local. Los valores sin embargos siguen siendo interesantes, pero ya se tomaron fuertes posiciones a cosecha. Ahora llega la hora de trabajar poniendo pisos para cubrirnos ante la posibilidad de que la presión de cosecha termine haciendo bajar el precio.

Hay dos cuestiones que nos hacen ser prudentes con ventas: las heladas en Brasil y Paraguay que habrían afectado a los cultivos en dicha región, y las demoras en la siembra local que impactarán en rindes y calidad para el trigo. Pero aún cuando estas cuestiones se definan, con 16 / 17 millones de toneladas de trigo habrá necesidad de salir a colocar cereal en destinos fuera del Mercosur, en donde para entrar habrá que competir por precio con la zona del Mar Negro, donde además de amplios stocks, la cosecha de este año apunta cada vez a niveles más altos. Se hablaba del lado del USDA de 69 millones de toneladas en junio. Se llevó a 72 en julio, pero analistas privados hablan incluso de 77 millones de toneladas.

(*) Del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.