30/10/2012

La AFIP expulsó a la cerealera Bunge del registro de operadores de granos

La empresa pierde beneficios impositivos, aunque podrá seguir operando en el país. Le reclaman una deuda por $ 1.800 millones que Bunge apeló ante la Justicia. EL CRONISTA.


La AFIP profundizó sus sanciones contra la cerealera Bunge por presunta evasión y la expulsó del Registro Fiscal de Operadores de Granos. A principios de mes, el organismo que conduce Ricardo Echegaray había suspendido a la empresa de esa nómina, y ahora consideró que “no ha cumplido con las obligaciones fiscales”, según indicó el funcionario en conferencia de prensa, y procedió a la expulsión.

La inscripción en el registro permite a los operadores del mercado de granos beneficiarse con menores alícuotas de retenciones en IVA y Ganancias.

Bunge, empresa originada en la Argentina que se convirtió en un gigante global con sede en Bermudas, deberá pagar “hasta el último peso” de una deuda de $ 1.800 millones para volver a formar parte del registro, según informó Echegaray.

Aún así, la suspensión aplicada a principios de mes fue apelada por Bunge y transita una instancia judicial. La empresa se encuentra a la espera de esta resolución, instancia que fue reconocida también ayer por el titular de la AFIP durante su presentación a la prensa.

El Cronista se comunicó con Bunge, pero la empresa prefirió no hacer comentarios sobre el tema, tanto a nivel local como internacional.

Según la versión de la AFIP, la mayor parte de la deuda de Bunge proviene de maniobras de triangulación de mercadería a través de Uruguay ($ 1.200 millones). Por este mecanismo, la mercadería originada en la Argentina se vende al exterior pero a través de un intermediario que termina facturando al comprador final y esto permite a la firma evadir el pago de Impuesto a las Ganancias.

El resto de la deuda que reclama la entidad data del año 2007, cuando, según la entidad, varias firmas declararon tenencias de granos mayores a las reales para congelar la alícuota de retenciones que ese año pasó, para el caso de la soja, del 27.5% al 35%.

Por la mercadería que tenían acopiada al momento del cambio, las firmas pagaban el menor valor, pero la AFIP encontró inconsistencias en varias de las declaraciones e investigó a las empresas, las cuales, en los casos en los que pudieron probar la tenencia de los granos, no pagaron el aumento. Es decir que lo restante proviene de mercadería cuya tenencia no pudieron probar.

Según Echegaray, otra maniobra utilizada por Bunge fue la de presentar facturas apócrifas para obtener devoluciones de IVA.

Desde 2009, el Gobierno sigue de cerca las operaciones del mercado de granos y en este proceso varias de las gigantes traders que operan en el país, como Cargill, Dreyfus, Nidera, Aceitera General Deheza y Molinos, entre otras, fueron sistemáticamente suspendidas del registro. Muchas de ellas saldaron deudas asumidas y apelaron aquellas que consideran que no les corresponde pagar.

Por las maniobras en el caso de retenciones, por ejemplo, las firmas llevan abonados u$s 385 millones, y restan unos u$s 500 millones que les reclama la AFIP.