06/02/2012

Controlan por satélite los campos bonaerenses para evitar la evasión impositiva

 La provincia de Buenos Aires puede saber en cada cosecha la producción obtenida y calcular el precio promedio, mediante un Indice Verde que obtiene por satélite. EL CRONISTA


La Agencia de Recaudación de Buenos Aries (ARBA) está utilizando tecnología satelital para descubrir dónde hay producción agrícola no informada y poder lanzar fiscalizaciones puntuales que logren la determinación del Impuesto sobre los Ingresos Brutos. Pero también sirve para determinar la emergencia agropecuaria donde ésta se presenta.

En el pasado, ARBA inscribía de oficio en el Impuesto sobre los Ingresos Brutos a dueños de campos sobre la base de esta información satelital, pero luego de que el organismo recibiera fallos contrarios al mecanismo en la Justicia, la gestión de Martín Di Bella guarda los datos para tener con qué discutir con el contribuyente en el diálogo mano a mano.

Ante una evidencia certificada por la CONAE con día, fecha y lugar de la medición, ARBA se comunica con el dueño del campo para averiguar si lo explota personalmente o está arrendado, y luego apunta contra quien sea el productor efectivo. Esto lo hace con una fiscalización tradicional para lograr que se inscriba en el Impuesto sobre los Ingresos Brutos y pague lo correspondiente a sus ventas no declaradas, pero contando de antemano con un cálculo vía satelital de los ingresos brutos en peso de cada parcela e incluso el precio al productor.

Según informó ARBA, el Departamento de Tecnología de Imágenes del organismo utiliza un modelo de estimación de ingresos para las actividades agrícolas mediante la utilización de imágenes satelitales provistas por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE). Con estas herramientas, se consigue un indicador que se denomina Indice Verde, que permite calcular la superficie cultivada con gran precisión en cada una de las parcelas de la provincia de Buenos Aires.

Agrimensores, ingenieros agrónomos, contadores, topógrafos, entre otros profesionales, procesan cientos de imágenes satelitales por campaña agrícola que permite estimar la biomasa del vegetal cultivado y calcular el rinde de las parcelas rurales. Este sistema posibilita identificar cada cultivo de la provincia, si se trata de un lote con cultivo de verano, de invierno o con doble cultivo, así como también determinar si se trata de soja, maíz, girasol o trigo, entre otros.

En el modelo se tienen en cuenta datos climáticos y datos relevados a campo los cuales se incorporan al sistema. Con esta información se estima la superficie cultivada por parcela, el tipo de cultivo y se clasifica el rendimiento en excelente, bueno, regular o malo. Seguidamente, se multiplica la superficie cosechada por el rendimiento promedio del cultivo (ton/ha),
tomando como valores referentes para cada partido los publicados por la Secretaría de Agricultura de la Nación.

Una vez obtenido el rendimiento, se lo multiplica por la cotización promedio del cultivo teniendo en cuenta el período de comercialización más probable (6 meses) para la fecha de cosecha de esa parcela, obteniendo así los ingresos brutos en pesos. A los datos de cotización de los cultivos que son publicados por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, se les deducen los correspondientes gastos de comercialización y transporte para obtener el precio al productor.

Con todos estos índices de estimación en la mano, ARBA enfrenta al contribuyente que no declaró producción en una fiscalización cuyos resultados siempre pueden ser apelados.