14/05/2012

Complicaciones en la renovación de los contratos agrícolas

 De buena fuente. Por Carlos Marín Moreno | Para LA NACION

Con la cosecha de granos gruesos avanzada comienzan las negociaciones preliminares para la renovación de los contratos de alquileres agrícolas. Y como consecuencia de la sequía y de la delicada situación económica financiera de los arrendatarios, aparecen los primeros escollos.

Las cuentas son sencillas: quien alquiló un campo para maíz pagando 16 quintales por hectárea de soja en el sur de Santa Fe debió invertir aproximadamente 500 dólares por hectárea, a los que les debió sumar otro tanto para sembrar el cereal. Si obtuvo un rendimiento de 25 qq/ha por la sequía, cobrará alrededor de 370 US$/ha netos, con una pérdida superior a 300.000 dólares en 500 hectáreas, que consumió su capital circulante. Entonces, sembrar con el agregado de un costo financiero para los insumos de la campaña 2012/13 y un incremento general de costos, asusta a muchos.

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Por estas razones, en varias zonas ya se conocen casos de interrupción de la relación comercial entre propietarios e inquilinos. Adalberto Sanz, un empresario de Cañada Seca, cuenta que "en Rufino una agrupación de siembra devolvió un muy buen campo de 1700 hectáreas". En esa ciudad también se levantaron las oficinas de una firma que sembraba en el sur de Santa Fe y en el noroeste de Buenos Aires.

Hay otros operadores que enfrentarán tensiones en las próximas negociaciones por el uso de la tierra. Un caso típico es el de productores con campo propio que alquilaban algunas fracciones vecinas para diluir costos fijos. Con los bolsillos ajustados muchos abandonarán los campos de regular fertilidad. Otros que se verán en figurillas para renovar serán los pequeños contratistas que están pagando el crédito de la maquinaria, alquilaron y también obtuvieron rindes bajos. "Con poca espalda financiera, le costará mucho reunir el capital necesario para la próxima campaña", apunta Sanz.

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Muchos operadores que puedan seguir trabajando campos de terceros privilegiarán la seguridad de venta y el bajo costo para implantar los cultivos en 2012. Eso significa que pueden quedar en el camino las intenciones de mantener una rotación equilibrada, al aumentar el área destinada a soja. "Serán planteos que van en contra de las leyes de la naturaleza, pero que no contribuyen a la sostenibilidad de la agricultura de nuestro país", concluye Sanz..