Síntesis: Río Turbio, el símbolo de una década desperdiciada.
Así como los arqueólogos pueden explicar el funcionamiento de las civilizaciones antiguas a través del estudio de sus ruinas, muchos de los problemas de la economía argentina pueden ser entendidos poniendo el foco en la frustrada usina de Río Turbio, en Santa Cruz, en dónde se han invertido cerca de 3000 mil millones de dólares para obtener cero de valor agregado. El caso ilustra sobre los despilfarros de un período caracterizado por el extraordinario boom de las materias primas en el mundo, pero permite además ver como sus secuelas llegan hasta hoy, haciendo más compleja y traumática la recuperación de la capacidad de volver a crecer. Se pone en evidencia, más que nunca, que estabilizar la economía es una condición necesaria, pero no suficiente, para el logro de esos objetivos.