A las 18 horas de ese día de hace medio siglo, un grupo numeroso de “comerciantes de cereales y oleaginosas”, se reunieron en el salón de actos de la Bolsa de Comercio de Córdoba, “atendiendo al unánime deseo” de las empresas del sector que actuaban en ese entonces en territorio cordobés.
Una hora y media después, habían dejado constituida “una entidad civil”, que respondía “a la aspiración e inquietud general del sector”, cuyos fines –definía el acta de fundación- será procurar “la concreción de una mejor y mayor orientación y entendimiento de los problemas, ya sean de la producción, comercialización y (cuestiones) laborales” del acopio de granos.
Aspiraban igualmente -y así lo dejaron asentado-, a “una mayor y coordinada acción” de las firmas acopiadoras que se erigiera a la par en eficaz “salvaguarda de los legítimos derechos e intereses” del comercio de granos. Se agregaba a sus fines “fomentar y consolidar el espíritu de solidaridad y de ética” de esta actividad comercial.
Los propósitos fundacionales no se limitaban tan sólo al plano estrictamente sectorial. También se declaraba que la flamante institución debería trabajar por “el acercamiento y coordinación de todas las fuerzas económicas y productivas del país en procura de acrecentar las posibilidades de bienestar de todos los habitantes de la Nación”.
Nacida en el corazón de Córdoba
El lugar dónde se hizo la deliberación, el salón de actos de la Bolsa de Comercio de Córdoba, era parte en 1965 de un antiguo edificio ubicado en Rosario de Santa Fe 291, casi esquina Chacabuco. Una cuadra con historia, porque a 100 metros, haciendo esquina con calle Alvear, estaba –y está- emplazada la Casa del Marqués de Sobremonte quién, para los cordobeses, no arrastra los estigmas que cargaron sobre sus espaldas los historiadores de Buenos Aires. Y un poco más allá, la Plaza central de la ciudad, la San Martín, y el Cabildo Histórico de la ciudad.
De modo que bien puede afirmarse que la Sociedad de Acopiadores nació en el corazón de la capital de la provincia.
El acopio de Córdoba, hasta ese momento, había carecido de una entidad que la representara. La referencia más cercana era la Sociedad Gremial de Acopiadores de Cereales de Rosario, no obstante la importancia de la producción agrícola cordobesa. La producción de granos y, con ella, las casas comercializadoras, habían alcanzado una envergadura que ameritaba la creación de su propia institución gremial empresaria.
En esa época preponderaban el trigo, el maíz, el sorgo y el girasol. La soja llegaría un lustro más tarde, precisamente apoyada por la flamante Sociedad y otros sectores empresarios que vislumbraron la trascendencia de su introducción en la provincia y promovieron la siembra de la oleaginosa. El acierto de la iniciativa, cincuenta años más tarde, se traduce en 5 millones de hectáreas y 15 millones de toneladas de la oleaginosa, generadora de una de las principales actividades económicas de la provincia.
Los impulsores de la Sociedad
Claro que a aquél 26 de marzo no se había llegado por simple espontaneidad.
Es justo rendirles un merecido homenaje a quiénes trabajaron con pasión y visión de futuro en las tareas preparatorias de la asamblea. Previamente, funcionó una Comisión Provisoria que estuvo encargada de redactar el proyecto de estatuto, que formaron Primo Miguel Beletti, Vicente B. Rodulfo, Darío Sebastián Beccaría, Oreste Regis y Angel Bartolomé Baroni. También tuvieron participación el doctor Alceo Carlos Davite y Oscar E. V. Livingston, quién luego sería el primer Gerente de la Sociedad ya creada.
Las empresas fundadoras
De la asamblea fundacional, participaron representando a las siguientes firmas comercializadoras: BELETTI S.A.C.E.I. ; HORTAL BIANCHI Y CIA. S.A.; FLORENTINO RIMOLDI Y CIA. S.R.L.; BERTONA Y CIA. S.A.; M. RAMONDA Y CIA. S.C.C.: SUESCUN HNOS.; S. FIANDRINO Y CIA. S.R.L.; GASTALDI HNOS. S.A.; BERTOTTO HNOS. Y CIA.; BARONI, ROBERI Y CIA. S.R.L.; FRANCISCO ARMANDO Y CIA. S.R.L.; BERTORELLO HNOS.; LUGANI Y CIA. S.R.L.; MAGLIONE HNOS. S.C.C.; LENUZZA, REGIS Y CIA.: A. MONTIRONI Y CIA. S.A.C.I.; FRANCISCO Y JOSE BARBERO S.A.; CANDIDO LORENZO E HIJOS S.R.L.; MIGUEL GAZZONI E HIJOS; ANTONIO BADUY E HIJOS S.R.L.; QUARANTA Y CIA.; MARTINELLI, SANTA Y CIA. S.R.L.; PEDRO L. GARAVELLI Y CIA. S.R.L.: SUCESION DE JAIME BALCELLS; LUIS DAMIANO S.A.C.I.; FRAPPA Y CIA. S.R.L.; FELIX O. ROSSI; ERGO, ROSSI Y CIA. S.R.L.; GIRBOS SCAG DE RLTDA; BERNARDO SANCHEZ GARCIA, NUÑEZ Y CIA. S.A.; EDUARDO F. ANDREOLI Y CIA. S.A.; JOSE GIACINTI; V. GRASSANI Y CIA. S.R.L.; OLIVA CEREAL S.A.; ARNALDO A. CAPELLARIA; CASA ANTONIO I. SOBRAL; DOVILIO GAZZONI; GIROTTI, MICHELI, ROSSI Y CIA. S.R.L.; PARMIGIANI HNOS.; CARLOS ROMERO HIJOS Y CIA. S.A.; FERRERO, ZORGNIOTTI Y CIA. S.R.L.; CASPANI HNOS. Y CIA.; JUAN BESORA Y CIA.; CAMARO HNOS.; ANTONIO RUBEN LEBRINO; RAFAEL DAMICELLI Y CIA. S.R.L.; ALEJANDRO P. MARCOGLIESE S.R.L.; CARRIZO HNOS.; ZANINI, PONZIO Y CIA. S.R.L..
Los reunidos recibieron las adhesiones de otras 36 empresas “del interior de la provincia”, consta en el acta de constitución.
Igualmente, estuvieron presentes representantes de las firmas cerealistas (corredoras) Nale y Cía. S.A.; Grimaldi Grassi S.A.; Bertotto Bruera y Cía.; y Boero y Cía..
Cabe destacar la asistencia, entre los “invitados especialmente”, del presidente de la Bolsa de Comercio de Córdoba, José Lucrecio Tagle.
El primer Consejo Directivo
Para presidir las deliberaciones fue elegido Primo Miguel Beletti, quién luego, una vez formalmente constituida la Sociedad, fue electo su primer Presidente.
El primer Consejo Directivo, además de Primo M. Beletti, lo integraron Héctor Italo Bertona, Darío Sebastián Beccaria, Carlos José Bertotto, Arnaldo Quaranta; Francisco Arnaudo, Francisco Luis Barbero, Jorge Antonio Baduy, José Bernardi, Angel Bartolomé Baroni, Rafael Damicelli, Líbero Decaroli, Elías Enrique Frappa, Enrique José Gastaldi, Pedro Luis Garavelli, Alberto José, Manuel Enrique Lorenzo, Atilio Maglione, Italo Luis Montironi, Ernesto Emilio Masso, José Antonio Moreno, Rogelio Juan Nuñez, Páride Isidoro Parmigiani, Félix Orlando Rossi, Oreste Regis, Angel Domingo Torre, Adrián Pascual Urquía y Jesús Carrizo. Angel Bartolomé Baroni, Elías Enrique Frappa, Rafael Damicelli y Páride Isidoro Parmigiani, cumplían, simultáneamente, las funciones de miembros del Tribunal de Cuentas.
La gerencia general fue confiada a Oscar E. V. Livingston. La redacción de las actas de aquella sesión fundacional estuvo a cargo de Norma Tomassi, la primera empleada de la institución.
Primer año de vida
La segunda asamblea general ordinaria se llevó a cabo el 22 de septiembre de 1966. Ya para entonces, la Sociedad tenía asociadas 157 firmas acopiadoras (llegarían a 240 en 1968). La reunión fue presidida por Héctor Italo Bertona, en su carácter de vicepresidente, debido a encontrarse enfermo el Presidente, Primo Miguel Beletti.
En esa asamblea queda integrado el segundo Consejo Directivo de la entidad con: Presidente, Primo Miguel Beletti, Vicepresidente, Héctor Italo Bertona; Secretario, Darío Sebastián Beccaria; Prosecretario, Francisco Arnaudo; Tesorero, Carlos José Bertotto; Protesorero, Arnaldo Quaranta; Vocales Titulares: Alberto José, José Antonio Moreno, Manuel Enrique Lorenzo, Atilio Maglione, Pedro Garavelli, José Bernardi, Oreste Regis y Federico Luhning. Vocales Suplentes: Félix Orlando Rossi, Líbero Decaroli, Jorge Antonio Baduy, Francisco Luis Barbero, Angel Domingo Torre, Ernesto Enrique Masso, Jesús carrizo, Italo Luis Montironi, José Aníbal Avila y Duilio B. Zallio. Tribunal de Cuentas: Páride Isidoro Parmigiani, Elías Enrique Frappa, Rafael Damicelli (titulares), Angel Bartolomé Baroni (suplente).
El sueño de un Banco Cerealista
En esa reunión se trató un punto de singular trascendencia: el proyecto de creación de un Banco Cerealista, una idea que también había sido analizada por la Federación de Centros y Entidades gremiales de Acopiadores de Cereales. Se aspiraba a contar con “un banco que servirá especialmente al ámbito de la comercialización de los cereales y oleaginosas”. Se precisaba formar un capital de 600 millones de pesos (pesos “moneda nacional”, de aquella época).
El socio Macario Carrizo opinó que “es necesario conocer más amplia y detalladamente los pormenores que rodean al proyecto” y, sobre todo, la voluntad de participación en el aporte de capital de los 1.200 acopiadores que se calculaba que había ese año en el país. La asamblea “recibe con simpatía” la iniciativa por entender que representaría “una solución a los problemas derivados de la escasa colaboración de los bancos en cuanto a créditos” para el sector agrícola. Pero el proyecto quedó sujeto a un mayor avance en él por parte de la Federación.
La sola mención de este punto, dimensiona los temas que los acopiadores fundadores se planteaban en esos primeros tiempos de la Sociedad: no los arredraba el desafío. Los acontecimientos institucionales que ya se habían producido en el país –el quiebre del estado de derecho- no brindaron después el contexto apropiado para concretar el proyecto. Empero, vale recordar la magnitud de los emprendimientos en qué se pensaba y sirve como un legado para los acopiadores que hoy están celebrando el medio siglo de la Sociedad.
Una entidad con identidad y presencia
Por cierto, apenas fundada, la Sociedad cordobesa se integró a la Federación de Centros y Entidades Gremiales de Acopiadores de Cereales, en la cual siempre ha procurado brindar la mayor colaboración y participación activa de directivos y funcionarios, junto con un leal acompañamiento y aporte de ideas e iniciativas.
También forma parte de la Bolsa de Cereales de Córdoba y Cámara de Cereales y Afines de Córdoba, la Bolsa de Comercio de Córdoba –en la construcción de cuyo edificio tuvo una protagónica intervención y dónde ocupa el tercer piso-, otras instituciones empresariales como la Bolsa de Comercio de Rosario, el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), la Fundación Mediterránea, el Foro Empresarial Región Centro, la Cámara de Comercio Exterior, la Cámara de Comercio de Córdoba y, fue impulsora y miembro desde su creación de la Comunidad Agroalimentaria de Córdoba, formada por 13 entidades.
Una organización de servicios
Actualmente, la Sociedad de Acopiadores de Granos de Córdoba es una entidad de gran prestigio entre las que representan en el país al acopio. Ha sido innovadora y se ha colocado a la vanguardia en la generación de servicios para el empresario del sector, constituyéndose en un centro de asesoramiento y gestión en materia de legislación del comercio de granos, normas impositivas y contables, cuestiones laborales y accidentes de trabajo, líneas de créditos y otras diversas problemáticas.
Para esas distintas disciplinas se fue formando un calificado staff de destacados profesionales en cada una de ellas, en no pocos casos, referentes en sus especialidades en la provincia de Córdoba. Por consiguiente, las empresas del sector acceden a una prestación de excelencia en áreas muy sensitivas de su actividad.
Todo ello, dió lugar a uno de los logros emblemáticos de la Sociedad: las Circulares del Comercio de Granos. Concebidas y desarrolladas desde Córdoba, fueron y son una herramienta conocida en todo el país y utilizada cotidianamente tanto por acopiadores como por los distintos eslabones que forman el comercio de granos.
En permanente innovación
Hubo, igualmente, un esfuerzo preciso para colocar a la institución en la punta de los avances informáticos, en particular para transportar rápidamente, a “sólo un click de distancia de su mouse” –como gusta decir la entidad- el caudal de información especializada. Por eso, desde hace unos años las Circulares se adaptaron al formato digital que ha permitido entregas diarias e informes de “Ultimo momento” cada vez que se produce una novedad. Todo ello, con la plataforma de una poderosa página web: www.acopiadorescba.com
En ella, se encuentran soportes complementarios como Biblioteca (digital), Consultas Permanentes y Actualizaciones en tiempo real. También se añadieron las Noticias leídas a primera hora de la mañana, que permite poner en el escritorio del empresario una selección de los principales diarios y sitios del país antes de que las ediciones impresas lleguen a su lugar de trabajo.
En una palabra, la Sociedad de Acopiadores de Córdoba ha creado la herramienta más moderna con que cuenta el comercio de granos: es hoy un servicio que la distingue.
La capacitación del empresario ha sido otro eje de su tarea de cinco décadas. Organiza anualmente un intenso programa: información y operación de mercados, información económica, formación empresaria, adiestramiento de personal o nuevas tecnologías, son, por citar algunos, los rubros en los que la Sociedad ha puesto especial énfasis.
Homenaje a presidentes
En esta semana en que celebra su 50mo. aniversario la Sociedad de Acopiadores de Granos de la Provincia de Córdoba recuerda a quiénes condujeron su desarrollo y crecimiento: el primero, don Primo Miguel Beletti, de la firma Beletti y Cía. de Villa María, lo fue entre 1965 y 1968. Lo sucedieron Macario Carrizo (1968/1972), quién en la década de los ’80 fue Secretario y Ministro de Agricultura y Ganadería de la Provincia; Federico E. Lühning (1972/1974); Luis T. Vaira (1974/1980); Bautista O. Marengo (1980/1985), que luego fue presidente de la Federación de Acopiadores; Juan Italo Bertino (1985/1993); Nolberto O. Barreneche (1993/2001); Víctor Hugo Santi (2001/2009); desde el año 2009, la Sociedad es presidida por Omar H. Gazzoni.
En estos 50 años, la Sociedad tuvo dos gerentes generales: Oscar E. V. Livingston entre 1965 y 1992 y desde este año al presente esas funciones fueron ejercidas por Juan Carlos Giraudo, a quién en 2004 se designó además Director Ejecutivo.
Con respecto a J. C. Giraudo se incorporó a la Sociedad en mayo de aquel año fundacional –quedando en ese momento a cargo de la organización de la gestión administrativa-, por lo cual también en este año 2015 está cumpliendo 50 años de vinculación con la institución.
Un legado, una misión
La institución nacida hace medio siglo en el corazón de la ciudad de Córdoba marcó desde entonces el rumbo de la actividad acopiadora en la provincia de Córdoba. También estuvo en la vanguardia de la promoción de cambios y nuevos servicios a las empresas del sector, en no pocos casos dando pasos innovadores que luego se proyectaron al resto del país.
Durante las cinco décadas atravesó, como todas las actividades productivas y económicas del país y la provincia, los altibajos históricos que viene sufriendo la Argentina, pero logró hacerlo siempre con la vista al frente, con la convicción de que antes que sumirse en la depresión derrotista y el lamento, se imponía redoblar los esfuerzos, el trabajo y la inteligencia, para superar los desafíos que se fueron presentando.
Con esa misma actitud la Sociedad de Acopiadores de Granos de Córdoba llega a este 50mo. aniversario, comprometida con la defensa y valorización de un eslabón vital de la cadena agroalimentaria, junto con el desarrollo y el progreso económico, social y cultural de la provincia de Córdoba y del país. Fue la misión que se fijaron los fundadores y es la que ratifican hoy, en este 26 de marzo de 2015, quiénes actualmente la integran y dirigen.
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Celebra 50 años de su fundación la Sociedad de Acopiadores de Córdoba
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